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Hebreos 3:12 - Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Por lo tanto, amados hermanos, ¡cuidado! Asegúrense de que ninguno de ustedes tenga un corazón maligno e incrédulo que los aleje del Dios vivo.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Cuidado, hermanos, que no haya entre ustedes alguien de mal corazón y bastante incrédulo como para apartarse del Dios vivo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Mirad pues hermanos, no sea que acaso haya en alguno de vosotros un corazón malo de incredulidad como para apartarse del Dios vivo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Mirad, hermanos, que en ninguno de vosotros se halle un corazón malvado e incrédulo que lo aparte del Dios vivo;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 Mirad, hermanos, que en ninguno de vosotros haya corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;

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Hebreos 3:12
37 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Esto dice el Señor: «Malditos son los que ponen su confianza en simples seres humanos, que se apoyan en la fuerza humana y apartan el corazón del Señor.


»Pero mi pueblo no quiso escucharme. Continuaron haciendo lo que querían, siguiendo los tercos deseos de su malvado corazón. Retrocedieron en vez de ir hacia adelante.


»El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?


Sin embargo, el pueblo respondió: «No gastes saliva. Continuaremos viviendo como se nos antoja y con terquedad seguiremos nuestros propios malos deseos».


Tengan cuidado de no negarse a escuchar a Aquel que habla. Pues, si el pueblo de Israel no escapó cuando se negó a escuchar a Moisés, el mensajero terrenal, ¡ciertamente nosotros tampoco escaparemos si rechazamos a Aquel que nos habla desde el cielo!


Si ustedes piensan que están firmes, tengan cuidado de no caer.


Mis justos vivirán por la fe. Pero no me complaceré con nadie que se aleje».


pero sus antepasados no escucharon y ni siquiera prestaron atención, sino que se pusieron tercos y siguieron sus propios malos deseos. Y debido a que se negaron a obedecer, traje sobre ellos todas las maldiciones descritas en este pacto”.


Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos.


¡Y ustedes son peores que sus antepasados! Se pusieron tercos y siguen sus propios malos deseos y rehúsan escucharme.


Por eso, estuve enojado con ellos y dije: “Su corazón siempre se aleja de mí. Rehúsan hacer lo que les digo”.


Y, ya que ustedes tampoco saben cuándo llegará ese tiempo, ¡manténganse en guardia! ¡Estén alerta!


Jesús les dijo: —No dejen que nadie los engañe,


En aquel día, Jerusalén será conocida como ‘el Trono del Señor’. Todas las naciones acudirán a Jerusalén para honrar al Señor. Ya no seguirán tercamente sus propios malos deseos.


Pues mi pueblo ha cometido dos maldades: me ha abandonado a mí —la fuente de agua viva— y ha cavado para sí cisternas rotas ¡que jamás pueden retener el agua!


Pues los simplones se apartan de mí hacia la muerte. Los necios son destruidos por su despreocupación.


»Cuando esas cosas comiencen a suceder, ¡tengan cuidado! Los entregarán a los tribunales y los golpearán en las sinagogas. Serán sometidos a juicio ante gobernantes y reyes por ser mis seguidores, pero esa será una oportunidad para que ustedes les hablen de mí.


Cuando el Señor le habló por primera vez a Israel por medio de Oseas, le dijo al profeta: «Ve y cásate con una prostituta, de modo que algunos de los hijos de ella sean concebidos en prostitución. Esto ilustrará cómo Israel se ha comportado como una prostituta, al volverse en contra del Señor y al rendir culto a otros dioses».


pues no dejan de hablar de la maravillosa bienvenida que ustedes nos dieron y de cómo se apartaron de los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero.


Pues he permanecido en los caminos del Señor; no me he apartado de mi Dios para seguir el mal.


Pues dijeron a Dios: “¡Déjanos en paz! ¿Qué puede hacernos el Todopoderoso?”.


Pues, si Dios no perdonó a las ramas originales, tampoco te perdonará a ti.


Él les contestó: —No dejen que nadie los engañe, porque muchos vendrán en mi nombre y afirmarán: “Yo soy el Mesías” y dirán: “El tiempo ha llegado”; pero no les crean.


¡Tengan cuidado! ¡Les he advertido esto de antemano!


Simón Pedro contestó: —Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente.


Sin embargo, le dicen a Dios: “Vete, no queremos nada de ti ni de tus caminos.


Al Señor le agradó el aroma del sacrificio y se dijo a sí mismo: «Nunca más volveré a maldecir la tierra por causa de los seres humanos, aun cuando todo lo que ellos piensen o imaginen se incline al mal desde su niñez. Nunca más volveré a destruir a todos los seres vivos.


Sabemos que nos hemos rebelado contra el Señor y también lo hemos negado; le hemos dado la espalda a nuestro Dios. Sabemos que hemos sido injustos y opresores, preparando con cuidado nuestras mentiras engañosas.


No permitan que nadie los atrape con filosofías huecas y disparates elocuentes, que nacen del pensamiento humano y de los poderes espirituales de este mundo y no de Cristo.


Así que, amados hermanos, ustedes que pertenecen a Dios y tienen parte con los que han sido llamados al cielo, consideren detenidamente a este Jesús a quien declaramos mensajero de Dios y Sumo Sacerdote.


Como vemos, ellos no pudieron entrar en el descanso de Dios a causa de su incredulidad.


Imagínense cuánto más la sangre de Cristo nos purificará la conciencia de acciones pecaminosas para que adoremos al Dios viviente. Pues por el poder del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio perfecto por nuestros pecados.


¡Es algo aterrador caer en manos del Dios vivo!


En cambio, ustedes han llegado al monte Sion, a la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, y a incontables miles de ángeles que se han reunido llenos de gozo.


a fin de conquistar la mente y el corazón de mi pueblo que me ha abandonado para rendir culto a sus ídolos detestables’”.


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