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Hebreos 2:8 - Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Les diste autoridad sobre todas las cosas». Ahora bien, cuando dice «todas las cosas», significa que nada queda afuera; pero todavía no vemos que todas las cosas sean puestas bajo la autoridad de ellos.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 todo lo pusiste bajo sus pies. Como ven, todo le ha sido sometido, y no se hace ninguna excepción. Es verdad que, por el momento, no se ve que todo le esté sometido,

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Todo lo sometiste bajo sus pies.° Porque al someter todas las cosas, nada dejó que no esté sometido a Él. Ahora sin embargo, no vemos todavía todas las cosas sometidas a Él;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 todo lo sometiste bajo sus pies. Ahora bien, al sometérselo todo, no dejó nada sin someter. Por ahora, todavía no vemos que le esté sometido todo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a Él; mas aún no vemos que todas las cosas le sean sujetas.

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Hebreos 2:8
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Jesús sabía que el Padre le había dado autoridad sobre todas las cosas y que había venido de Dios y regresaría a Dios.


Pues las Escrituras dicen: «Dios ha puesto todas las cosas bajo su autoridad». (Claro que, cuando dice «todas las cosas están bajo su autoridad», no incluye a Dios mismo, quien le dio a Cristo su autoridad).


Los pusiste a cargo de todo lo que creaste, y sometiste todas las cosas bajo su autoridad:


Ahora Cristo ha ido al cielo. Él está sentado en el lugar de honor, al lado de Dios, y todos los ángeles, las autoridades y los poderes aceptan su autoridad.


Se le dio autoridad, honra y soberanía sobre todas las naciones del mundo, para que lo obedecieran los de toda raza, nación y lengua. Su gobierno es eterno, no tendrá fin. Su reino jamás será destruido.


Yo soy el que vive. Estuve muerto, ¡pero mira! ¡Ahora estoy vivo por siempre y para siempre! Y tengo en mi poder las llaves de la muerte y de la tumba.


Además, Dios nunca le dijo a ninguno de los ángeles: «Siéntate en el lugar de honor a mi derecha, hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies».


y de Jesucristo. Él es el testigo fiel de estas cosas, el primero en resucitar de los muertos y el gobernante de todos los reyes del mundo. Toda la gloria sea al que nos ama y nos ha libertado de nuestros pecados al derramar su sangre por nosotros.


Es más, no son los ángeles quienes gobernarán el mundo futuro del cual hablamos,


El Padre ama a su Hijo y ha puesto todo en sus manos.


Jesús se acercó y dijo a sus discípulos: «Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra.


Pues el Señor declara: «He puesto a mi rey elegido en el trono de Jerusalén, en mi monte santo».


Y ahora, en estos últimos días, nos ha hablado por medio de su Hijo. Dios le prometió todo al Hijo como herencia y, mediante el Hijo, creó el universo.


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