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Hebreos 11:32 - Biblia Nueva Traducción Viviente

32 ¿Cuánto más les tengo que decir? Se necesitaría demasiado tiempo para contarles acerca de la fe de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y todos los profetas.

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Biblia Reina Valera 1960

32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

32 ¿Qué más diré? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, lo mismo que de Samuel y de los profetas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltará para relatar acerca de Gedeón,° de Barac,° de Sansón,° de Jefté,° de David,° y también de Samuel° y de los profetas;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 ¿Y para qué seguir? Tiempo me faltaría si tuviera que contar lo ocurrido a Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, y de Barac, y de Sansón, y de Jefté; así como de David, y de Samuel y de los profetas;

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Hebreos 11:32
38 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Ahora bien, el Señor le dijo a Samuel: —Ya has hecho suficiente duelo por Saúl. Lo he rechazado como rey de Israel, así que llena tu frasco con aceite de oliva y ve a Belén. Busca a un hombre llamado Isaí que vive allí, porque he elegido a uno de sus hijos para que sea mi rey.


y a su debido tiempo dio a luz un hijo a quien le puso por nombre Samuel, porque dijo: «Se lo pedí al Señor».


Al estar David de pie entre sus hermanos, Samuel tomó el frasco de aceite de oliva que había traído y ungió a David con el aceite. Y el Espíritu del Señor vino con gran poder sobre David a partir de ese día. Luego Samuel regresó a Ramá.


Jesús también hizo muchas otras cosas. Si todas se pusieran por escrito, supongo que el mundo entero no podría contener los libros que se escribirían.


ni por iniciativa humana. Al contrario, fue el Espíritu Santo quien impulsó a los profetas y ellos hablaron de parte de Dios.


Ahora bien, ¿acaso sugiero que la ley de Dios es pecaminosa? ¡De ninguna manera! De hecho, fue la ley la que me mostró mi pecado. Yo nunca hubiera sabido que codiciar es malo si la ley no dijera: «No codicies».


Humanamente hablando, Abraham fue el fundador de nuestra nación judía. ¿Qué descubrió él acerca de llegar a ser justo ante Dios?


«Sin embargo —algunos podrían decir—, nuestro pecado cumple un buen propósito porque muestra a otros lo justo que es Dios. ¿No es injusto, entonces, que Dios nos castigue?». (Este no es más que un punto de vista humano).


Todo esto llevó cerca de cuatrocientos cincuenta años. »Después de eso, Dios les dio jueces para que gobernaran hasta los días del profeta Samuel.


De él dan testimonio todos los profetas cuando dicen que a todo el que cree en él se le perdonarán los pecados por medio de su nombre.


»Comenzando con Samuel, cada profeta habló acerca de lo que sucede hoy en día.


Luego el Señor envió a Gedeón, a Bedán, a Jefté y a Samuel para salvarlos, y ustedes vivieron a salvo.


Quiero que recuerden lo que los santos profetas dijeron hace mucho y lo que nuestro Señor y Salvador ordenó por medio de los apóstoles.


Amados hermanos, tomen como ejemplo de paciencia durante el sufrimiento a los profetas que hablaron en nombre del Señor.


Ahora bien, ¿deberíamos seguir pecando para que Dios nos muestre más y más su gracia maravillosa?


»Pero Abraham le dijo: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se persuadirán por más que alguno se levantara de los muertos”».


»Habrá llanto y rechinar de dientes, porque verán a Abraham y a Isaac y a Jacob junto con todos los profetas en el reino de Dios, pero ustedes serán echados fuera.


¡Alégrense! ¡Estén contentos, porque les espera una gran recompensa en el cielo! Y recuerden que a los antiguos profetas los persiguieron de la misma manera.


Luego el Señor me dijo: «Aun si Moisés y Samuel se presentaran delante de mí para rogarme por este pueblo, no lo ayudaría. ¡Fuera con ellos! ¡Quítenlos de mi vista!


Moisés y Aarón estaban entre sus sacerdotes; Samuel también invocó su nombre. Clamaron al Señor por ayuda, y él les respondió.


Pero Samuel, aunque era solo un niño, servía al Señor; vestía una túnica de lino como la del sacerdote.


Después Elcana regresó a su casa en Ramá sin Samuel, y el niño servía al Señor como ayudante del sacerdote Elí.


Así que cuando nació su hijo, ella lo llamó Sansón. Y el Señor lo bendijo, y el niño creció.


Después el ángel del Señor vino y se sentó debajo del gran árbol de Ofra que pertenecía a Joás, del clan de Abiezer. Gedeón, hijo de Joás, estaba trillando trigo en el fondo de un lagar para esconder el grano de los madianitas.


Muerto Aod, los israelitas volvieron a hacer lo malo a los ojos del Señor.


Los israelitas hicieron lo malo a los ojos del Señor. Entonces el Señor los entregó a los madianitas durante siete años.


Entonces el Señor lo miró y le dijo: —Ve tú con la fuerza que tienes y rescata a Israel de los madianitas. ¡Yo soy quien te envía!


Sansón fue juez de Israel por veinte años, durante el tiempo en que los filisteos dominaban la tierra.


El arco de los poderosos está quebrado, y los que tropezaban ahora son fuertes.


David le respondió al filisteo: —Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado.


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