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Hebreos 10:4 - Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Pues no es posible que la sangre de los toros y las cabras quite los pecados.

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Biblia Reina Valera 1960

4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 es que la sangre de los toros y de los chivos no tiene valor para quitar los pecados.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 porque es imposible° que la sangre de toros y de machos cabríos pueda quitar pecados.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 porque es imposible que sangre de toros y de machos cabríos borre pecados.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.

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Hebreos 10:4
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Bajo el antiguo pacto, el sacerdote oficia de pie delante del altar día tras día, ofreciendo los mismos sacrificios una y otra vez, los cuales nunca pueden quitar los pecados;


y ustedes saben que Jesús vino para quitar nuestros pecados, y en él no hay pecado.


Y mi pacto con ellos es que quitaré sus pecados».


Primero, Cristo dijo: «No quisiste sacrificios de animales, ni ofrendas por el pecado, ni ofrendas quemadas ni otras ofrendas por el pecado; tampoco te agradaron todas esas ofrendas» (aun cuando la ley de Moisés las exige).


Esta es una ilustración que apunta al tiempo presente. Pues las ofrendas y los sacrificios que ofrecen los sacerdotes no pueden limpiar la conciencia de las personas que los traen.


Al día siguiente, Juan vio que Jesús se le acercaba y dijo: «¡Miren! ¡El Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!


Además yo sé que es importante amarlo con todo mi corazón y todo mi entendimiento y todas mis fuerzas, y amar a mi prójimo como a mí mismo. Esto es más importante que presentar todas las ofrendas quemadas y sacrificios exigidos en la ley.


Quiero que demuestren amor, no que ofrezcan sacrificios. Más que ofrendas quemadas, quiero que me conozcan.


Tú no deseas sacrificios; de lo contrario, te ofrecería uno. Tampoco quieres una ofrenda quemada.


Presenta tus confesiones y vuélvete al Señor. Dile: «Perdona todos nuestros pecados y recíbenos con bondad para que podamos ofrecerte nuestras alabanzas.


Es inútil ofrecerme el incienso dulce de Saba. ¡Guárdense su cálamo aromático importado de tierras lejanas! No aceptaré sus ofrendas quemadas; sus sacrificios no tienen ningún aroma agradable para mí».


Pero a los que escojan sus propios caminos y se deleiten en sus pecados detestables, no les aceptaré sus ofrendas. Cuando tales personas sacrifiquen un toro, será tan inaceptable como un sacrificio humano. Cuando sacrifiquen un cordero, será como si hubieran sacrificado un perro. Cuando traigan una ofrenda de grano, igual sería que ofrecieran sangre de cerdo. Cuando quemen incienso, será como si hubieran bendecido a un ídolo.


El sistema antiguo bajo la ley de Moisés era solo una sombra —un tenue anticipo de las cosas buenas por venir— no las cosas buenas en sí mismas. Bajo aquel sistema se repetían los sacrificios una y otra vez, año tras año, pero nunca pudieron limpiar por completo a quienes venían a adorar.


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