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Hageo 1:8 - Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Vayan ahora a los montes, traigan madera y reconstruyan mi casa. Entonces me complaceré en ella y me sentiré honrado, dice el Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Vayan al monte a buscar madera y reconstruyan la Casa. Con eso, yo seré feliz y me sentiré muy honrado a la vez, dice Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Subid a los montes y traed maderos,° y reedificad la Casa, y Yo lo aceptaré, y en ella mostraré mi gloria, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Subid al monte, traed madera, reconstruid el templo. Yo lo aceptaré y mostraré en él mi gloria, dice Yahveh.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Subid a la montaña, traed madera y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad y seré glorificado, dice Jehová.

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Hageo 1:8
21 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Luego el pueblo contrató albañiles y carpinteros, y compró troncos de cedro de los habitantes de Tiro y Sidón, a quienes les pagaron con alimentos, vino y aceite de oliva. Transportaron troncos desde las montañas del Líbano hasta Jope haciéndolos flotar a lo largo de la costa del mar Mediterráneo, ya que el rey Ciro había dado permiso para hacerlo.


Pues he elegido este templo y lo he apartado para que sea santo, un lugar donde mi nombre será honrado para siempre. Lo vigilaré sin cesar, porque es muy preciado a mi corazón.


Haré temblar a todas las naciones y traerán los tesoros de todas las naciones a este templo. Llenaré este lugar de gloria, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.


El Señor le dijo: «He oído tu oración y lo que me pediste. He apartado este templo para que sea santo, este lugar que has construido, donde mi nombre será honrado para siempre. Lo vigilaré sin cesar, porque es muy preciado a mi corazón.


Me reuniré allí con el pueblo de Israel, en el lugar que se hace sagrado por mi gloriosa presencia.


La futura gloria de este templo será mayor que su pasada gloria, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, y en este lugar, traeré paz. ¡Yo, el Señor de los Ejércitos Celestiales, he hablado!”».


Beban abundantemente de su gloria, como bebe un pequeño hasta saciarse de los pechos consoladores de su madre».


»La gloria del Líbano será tuya —los bosques de ciprés, de abeto y de pino— para embellecer mi santuario. ¡Mi templo será glorioso!


A ti te serán dados los rebaños de Cedar, y los carneros de Nebaiot serán traídos para mis altares. Aceptaré sus ofrendas y haré glorioso mi templo.


A cada tres hileras de piedras especialmente preparadas, se les pondrá encima una capa de madera. Todos los gastos correrán por cuenta de la tesorería real.


Fue a mediados de la primavera, en el mes de zif, durante el cuarto año de su reinado, que Salomón comenzó a construir el templo del Señor. Habían pasado cuatrocientos ochenta años desde el día en que el pueblo de Israel fue rescatado de su esclavitud en la tierra de Egipto.


Esto es lo que dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: «¡Miren lo que les está pasando!


Busquen al Señor su Dios con todo el corazón y con toda el alma. Edifiquen el santuario del Señor Dios, para que puedan traer el arca del pacto del Señor y los utensilios sagrados de Dios al templo edificado para honrar el nombre del Señor».


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