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Hageo 1:6 - Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Han sembrado mucho pero cosechado poco; comen pero no quedan satisfechos; beben pero aún tienen sed; se abrigan pero todavía tienen frío. Sus salarios desaparecen, ¡como si los echaran en bolsillos llenos de agujeros!».

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Biblia Reina Valera 1960

6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 ustedes han sembrado mucho, pero han cosechado poco; han comido, pero se han quedado con hambre; han bebido, pero han seguido con sed; se han vestido, pero no estaban bien abrigados. Y el obrero pone el dinero que ha ganado en un bolsillo roto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Sembráis mucho y recogéis poco; coméis y no os saciáis; bebéis, pero no a plenitud; os arropáis, pero no entráis en calor; y el asalariado echa su jornal en saco roto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 sembrasteis mucho y recogisteis poco; comisteis y no os hartasteis, bebisteis y no os saciasteis; os vestisteis y no os calentasteis, y el jornalero echó su jornal en bolsa rota'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Sembráis mucho, y encerráis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no estáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco horadado.

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Hageo 1:6
31 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Esperaban cosechas abundantes, pero fueron pobres; y cuando trajeron la cosecha a su casa, yo la hice desaparecer con un soplo. ¿Por qué? Porque mi casa está en ruinas, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, mientras ustedes se ocupan de construir sus elegantes casas.


Comerán pero seguirán con hambre. Se prostituirán pero no lograrán nada, porque han abandonado al Señor


Cuando esperaban veinte medidas de grano, cosechaban solo diez. Cuando esperaban sacar cincuenta litros del lagar, encontraban solo veinte.


»Sembraron vientos y cosecharán torbellinos. Los tallos de grano se marchitan y no producen nada para comer. Y aun si hubiera grano, lo comerían los extranjeros.


Escúchenme y decidan honrar mi nombre —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—, o enviaré una maldición terrible contra ustedes. Maldeciré hasta las bendiciones que reciban. En realidad ya las he maldecido, porque ustedes no han tomado a pecho mi advertencia.


Cuatro hectáreas de viñedo no producirán ni veintiún litros de vino y diez canastas de semilla solo darán una canasta de grano».


Antes de que la obra en el templo comenzara, no había trabajo ni dinero para contratar obreros o animales. Ningún viajero estaba a salvo porque había enemigos por todos lados. Yo hice que todos estuvieran unos contra otros.


El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: “Envío esta maldición a la casa de cada ladrón y a la casa de todos los que juran en falso usando mi nombre. Mi maldición se quedará en esa casa y la destruirá por completo, hasta las maderas y las piedras”.


Pero desde que dejamos de quemar incienso a la reina del cielo y dejamos de rendirle culto con ofrendas líquidas, nos hemos visto en tremendos problemas y hemos muerto por guerra y hambre.


El suelo está reseco y agrietado por falta de lluvia. Los agricultores están profundamente angustiados; ellos también se cubren la cabeza.


Convierte la tierra fructífera en tierras saladas y baldías, a causa de la maldad de sus habitantes.


La inundación arrasará con su casa; el enojo de Dios descenderá en torrentes sobre ellos.


»En medio de la abundancia, caerán en dificultades y el sufrimiento se apoderará de ellos.


Pero ella respondió: —Le juro por el Señor su Dios que no tengo ni un pedazo de pan en la casa. Solo me queda un puñado de harina en el frasco y un poquito de aceite en el fondo del jarro. Estaba juntando algo de leña para preparar una última comida, después mi hijo y yo moriremos.


Durante el reinado de David hubo un hambre que duró tres años. Entonces David consultó al Señor, y el Señor dijo: «El hambre se debe a que Saúl y su familia son culpables de la muerte de los gabaonitas».


Destruiré su provisión de alimentos, al punto de que diez mujeres necesitarán un solo horno para preparar el pan de sus familias. Ellas racionarán el alimento por peso, y aunque coman, no se saciarán.


Todo su trabajo será en vano, porque la tierra no dará cosechas y los árboles no producirán fruto.


Decían: «Nuestras familias son tan numerosas que necesitamos más comida para sobrevivir».


Mi pueblo sembró trigo, pero cosecha espinos. Se esforzó, pero no le sirvió de nada. Cosechará vergüenza debido a la ira feroz del Señor».


Esto es lo que dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: «¡Miren lo que les está pasando!


Esto es lo que dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: «¡Miren lo que les está pasando!


Es por causa de ustedes que los cielos retienen el rocío y la tierra no produce cosechas.


Yo envié plaga, moho y granizo para destruir todo aquello por lo que hicieron tanto esfuerzo para producir. Aun así, rehusaban regresar a mí, dice el Señor.


Da con generosidad y serás más rico; sé tacaño y lo perderás todo.


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