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Hageo 1:14 - Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Entonces el Señor despertó el entusiasmo de Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y de Jesúa, hijo de Jehosadac, el sumo sacerdote, y de todo el remanente del pueblo de Dios. Comenzaron a trabajar en la casa de su Dios, el Señor de los Ejércitos Celestiales,

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Biblia Reina Valera 1960

14 Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Entonces Yavé tocó el corazón de Zorobabel, de Josué y de todo el pueblo, quienes empezaron la reconstrucción de la Casa de Yavé de los Ejércitos, su Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Y YHVH excitó el espíritu de Zorobabel ben Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu del sumo sacerdote Josué ben Josadac, y el espíritu del resto del pueblo. Y ellos acudieron y emprendieron la obra de la Casa de YHVH Sebaot, su Dios,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Y Yahveh despertó el espíritu de Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, el espíritu de Josué, hijo de Josadac, el sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo. Vinieron, pues, y se pusieron a trabajar en el templo de Yahveh Sebaot, su Dios,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué, hijo de Josadac, el sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios,

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Hageo 1:14
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En el primer año de Ciro, rey de Persia, el Señor cumplió la profecía que había dado por medio de Jeremías. Movió el corazón de Ciro a poner por escrito el siguiente edicto y enviarlo a todo el reino:


los capacite con todo lo que necesiten para hacer su voluntad. Que él produzca en ustedes, mediante el poder de Jesucristo, todo lo bueno que a él le agrada. ¡A él sea toda la gloria por siempre y para siempre! Amén.


«Dile a Zorobabel, gobernador de Judá, que yo estoy a punto de hacer temblar los cielos y la tierra.


El 29 de agosto del segundo año del reinado del rey Darío, el Señor dio un mensaje por medio del profeta Hageo a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Jesúa, hijo de Jehosadac, el sumo sacerdote:


Luego Dios movió el corazón de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de las tribus de Judá y de Benjamín, para que fueran a Jerusalén a reconstruir el templo del Señor.


En el primer año de Ciro, rey de Persia, el Señor cumplió la profecía que había dado por medio de Jeremías. Movió el corazón de Ciro a poner por escrito el siguiente edicto y enviarlo a todo el reino:


Por eso el Dios de Israel hizo que el rey Pul de Asiria (también conocido como Tiglat-pileser) invadiera la tierra y se llevara cautivos a la tribu de Rubén, a la tribu de Gad y a la media tribu de Manasés. Los asirios los desterraron y los llevaron a Halah, a Habor, a Hara y al río Gozán, donde se encuentran hasta el día de hoy.


«Di lo siguiente a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Jesúa, hijo de Jehosadac, el sumo sacerdote, y al remanente del pueblo de Dios allí en la tierra:


Por fin se completó la muralla alrededor de toda la ciudad hasta la mitad de su altura, porque el pueblo había trabajado con entusiasmo.


»El rey debería saber que fuimos al sitio donde se construye el templo del gran Dios, en la provincia de Judá. Lo están reconstruyendo con piedras especialmente preparadas y le están colocando madera en las murallas. La obra prosigue con gran energía y éxito.


Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Jehosadac, respondieron y continuaron la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén. Los profetas de Dios estaban con ellos y los ayudaban.


Por lo tanto, ¡gracias a Dios!, quien le ha dado a Tito el mismo entusiasmo que yo tengo por ustedes.


Por lo tanto, mis amados hermanos, permanezcan fuertes y constantes. Trabajen siempre para el Señor con entusiasmo, porque ustedes saben que nada de lo que hacen para el Señor es inútil.


Entonces Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Jehosadac, el sumo sacerdote, y todo el remanente del pueblo de Dios comenzaron a obedecer el mensaje del Señor su Dios. Cuando oyeron las palabras del profeta Hageo, a quien el Señor su Dios había enviado, el pueblo temió al Señor.


Cuando vayas a la guerra, tu pueblo te servirá por voluntad propia. Estás envuelto en vestiduras santas, y tu fuerza se renovará cada día como el rocío de la mañana.


el 21 de septiembre del segundo año del reinado del rey Darío.


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