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Hageo 1:11 - Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Yo mandé la sequía sobre sus campos y colinas; una sequía que destruirá el grano, el vino nuevo, el aceite de oliva y las demás cosechas; una sequía que hará que ustedes y sus animales pasen hambre y arruinará todo aquello por lo que tanto han trabajado».

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Yo mandé la sequía a la tierra y a las montañas, al trigo y a las viñas, al aceite y a cuanto produce el suelo, a los hombres y a los animales y a todo lo que se logra con el trabajo humano.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y he llamado a la sequía sobre la tierra, y sobre los montes, y sobre el trigo, y sobre el mosto, y sobre el aceite, y sobre todo lo que produce la tierra, y sobre el hombre, y sobre el ganado, y sobre todo trabajo de las manos.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Llamé a la sequía sobre la tierra y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el mosto, sobre el aceite y sobre todo lo que produce el campo, sobre los hombres, sobre los animales y sobre todos los trabajos de vuestras manos'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, y sobre el trigo, y sobre el vino, y sobre el aceite, y sobre todo lo que la tierra produce; y sobre los hombres, y sobre el ganado y sobre todo trabajo de manos.

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Hageo 1:11
13 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yo envié plaga, moho y granizo para destruir todo aquello por lo que hicieron tanto esfuerzo para producir. Aun así, rehusaban regresar a mí, dice el Señor.


El Señor te castigará con enfermedades degenerativas, con fiebre e inflamaciones, con calor abrasador, con sequías y pestes en los cultivos. Esas calamidades te perseguirán hasta la muerte.


Eliseo le había dicho a la madre del niño que él había resucitado: «Toma a tu familia y múdate a algún otro lugar, porque el Señor ha decretado que habrá hambre en Israel durante siete años».


Ahora bien, Elías, quien era de Tisbé en Galaad, le dijo al rey Acab: «Tan cierto como que el Señor vive, el Dios de Israel —a quien sirvo—, no habrá rocío ni lluvia durante los próximos años, ¡hasta que yo dé la orden!».


El hogar del Señor llega hasta los cielos, mientras que sus cimientos están en la tierra. Él levanta agua de los océanos y la vierte como lluvia sobre la tierra. ¡El Señor es su nombre!


Después el Señor Soberano me mostró otra visión. Lo vi preparándose para castigar a su pueblo con un gran fuego. El fuego había quemado las profundidades del mar e iba devorando toda la tierra.


Es el Señor quien creó las estrellas, las Pléyades y el Orión. Él transforma la oscuridad en luz y el día en noche. Él levanta agua de los océanos y la vierte como lluvia sobre la tierra. ¡El Señor es su nombre!


»Otros oyeron mis lamentos, pero nadie se volvió para consolarme. Cuando mis enemigos se enteraron de mis tribulaciones, se pusieron felices al ver lo que habías hecho. Oh, manda el día que prometiste, cuando ellos sufrirán como he sufrido yo.


Sin embargo, si él opta por quedarse callado, ¿quién puede criticarlo? Cuando esconde su rostro, nadie puede encontrarlo, ya sea un individuo o una nación.


«Judá desfallece; el comercio a las puertas de la ciudad se estanca. Todo el pueblo se sienta en el suelo porque está de luto, y surge un gran clamor de Jerusalén.


Ustedes están bajo maldición porque toda la nación me ha estado estafando.


Sus cosechas serán abundantes porque las protegeré de insectos y enfermedades. Las uvas no caerán de las vides antes de madurar —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—.


Ahora les doy una promesa cuando la semilla aún está en el granero. Todavía no han cosechado su grano, ni las vides ni las higueras ni los granados ni los olivos han dado sus frutos. Sin embargo, de hoy en adelante, yo los bendeciré.


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