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Habacuc 3:14 - Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Con sus propias armas destruiste al jefe de los que se lanzaron como un torbellino, pensando que Israel sería presa fácil.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Horadaste con sus propios dardos las cabezas de sus guerreros, Que como tempestad acometieron para dispersarme, Cuyo regocijo era como para devorar al pobre encubiertamente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Traspasas con tus flechas la cabeza de sus jefes, que se lanzaban gozosos para aplastarnos, para devorar callando al desdichado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Con sus propios dardos traspasas al caudillo, Y sus tropas se dispersan en torbellino, Cuando triunfantes iban a devorar una víctima a escondidas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Traspasas con tus saetas la cabeza de sus guerreros, se dispersan como torbellino todas sus tropas cuando se disponían, triunfantes, a devorar en secreto a un desvalido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Horadaste con sus propias varas las cabezas de sus villas, que como tempestad acometieron para dispersarme; su regocijo era como para devorar al pobre encubiertamente.

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Habacuc 3:14
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¡El Señor aparecerá sobre su pueblo y sus flechas volarán como rayos! El Señor Soberano hará sonar el cuerno de carnero y atacará como un torbellino desde el desierto del sur.


»Luego, al tiempo del fin, el rey del sur atacará al rey del norte. El rey del norte saldrá precipitadamente en carros de guerra con sus conductores y una enorme armada. Invadirá varios territorios y los arrasará como una inundación.


Se esconden en emboscada en las aldeas, a la espera para matar a gente inocente; siempre buscan víctimas indefensas.


¿No oyes el alboroto que hacen tus enemigos? ¿No ves que tus arrogantes adversarios se levantan?


Cuando los trescientos israelitas tocaron los cuernos de carnero, el Señor hizo que los guerreros del campamento pelearan entre sí con sus espadas. Los que quedaron con vida huyeron a lugares tan lejanos como Bet-sita, cerca de Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola, cerca de Tabat.


Entonces el faraón dio la siguiente orden a todo su pueblo: «Tiren al río Nilo a todo niño hebreo recién nacido; pero a las niñas pueden dejarlas con vida».


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