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Génesis 48:7 - Biblia Nueva Traducción Viviente

7 »Hace mucho tiempo, cuando yo regresaba de Padán-aram, Raquel murió en la tierra de Canaán. Todavía íbamos en viaje y bastante lejos de Efrata (es decir, Belén). Con mucha tristeza, la enterré allí, junto al camino que va a Efrata.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Porque cuando yo venía de Padan-aram, se me murió Raquel en la tierra de Canaán, en el camino, como media legua de tierra viniendo a Efrata; y la sepulté allí en el camino de Efrata, que es Belén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 También debes saber que cuando yo regresaba de Padán, tu madre Raquel se me murió en el camino, en el país de Canaán, poco antes de llegar a Efratá, y la enterré allí (en el camino de Efratá, que es Belén).

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 En cuanto a mí, cuando venía de Padam, se me murió Raquel en la tierra de Canaán, en el camino, como a media legua para entrar en Efrata,° y la sepulté allí, camino de Efrata (es decir, Bet-léhem).

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 En cuanto a mí, cuando volvía yo de Padán, durante el viaje se me murió Raquel, cerca de Éfrata, en la tierra de Canaán, y allí la sepulté, en Éfrata, es decir, Belén'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Porque cuando yo venía de Padan-aram, se me murió Raquel en la tierra de Canaán, en el camino, como media legua de tierra viniendo a Efrata; y la sepulté allí en el camino de Efrata, que es Belén.

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Génesis 48:7
13 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

«En Ramá se oyó una voz: llanto y gran lamento. Raquel llora por sus hijos; se niega a que la consuelen, porque están muertos».


Ahora que Jacob había regresado de Padán-aram, Dios se le apareció de nuevo en Betel. Y Dios lo bendijo


Pero tú, oh Belén Efrata, eres solo una pequeña aldea entre todo el pueblo de Judá. No obstante, en mi nombre, saldrá de ti un gobernante para Israel, cuyos orígenes vienen desde la eternidad.


Ahora bien, David era hijo de un hombre llamado Isaí, un efrateo de Belén, en la tierra de Judá. En ese tiempo Isaí era anciano y tenía ocho hijos.


Cuando me dejes hoy, verás a dos hombres junto a la tumba de Raquel en Selsa, en los límites del territorio de Benjamín. Ellos te dirán que los burros fueron encontrados y que tu padre dejó de preocuparse por ellos, pero que ahora está preocupado por ti. Está preguntando: “¿Han visto a mi hijo?”.


Había un hombre llamado Elcana que vivía en Ramá, en la región de Zuf ubicada en la zona montañosa de Efraín. Era hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, de la tribu de Efraín.


El hombre se llamaba Elimelec, y el nombre de su esposa era Noemí. Sus dos hijos se llamaban Mahlón y Quelión. Eran efrateos de Belén, en la tierra de Judá. Así que cuando llegaron a Moab se establecieron allí.


Cuando Isaac tenía cuarenta años, se casó con Rebeca, hija de Betuel el arameo, de Padán-aram, y hermana de Labán el arameo.


Después de viajar todo el trayecto desde Padán-aram, Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, en la tierra de Canaán. Una vez allí, estableció su campamento fuera de la ciudad.


Jacob levantó una columna conmemorativa sobre la tumba de Raquel, la cual puede verse hasta el día de hoy.


Pero cualquier otro hijo que te nazca en el futuro será tuyo, y heredará tierra dentro de los límites de los territorios de sus hermanos Efraín y Manasés.


Así que Samuel hizo como el Señor le indicó. Cuando llegó a Belén, los ancianos del pueblo salieron a su encuentro temblando. —¿Qué pasa? —le preguntaron—. ¿Vienes en son de paz?


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