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Génesis 48:21 - Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Entonces Jacob le dijo a José: —Mira, yo estoy a punto de morir, pero Dios estará contigo y te llevará de regreso a Canaán, la tierra de tus antepasados.

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Biblia Reina Valera 1960

21 Y dijo Israel a José: He aquí yo muero; pero Dios estará con vosotros, y os hará volver a la tierra de vuestros padres.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Después dijo Israel a José: 'Yo estoy para morir, pero Dios estará con ustedes y los hará volver a la tierra de sus padres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Y dijo Israel a José: He aquí yo estoy por morir, pero ’Elohim estará con vosotros, y os hará volver a la tierra de vuestros padres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Dijo después Israel a José: 'Yo estoy a punto de morir, pero Dios estará con vosotros y os hará regresar a la tierra de vuestros padres.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

21 Y dijo Israel a José: He aquí, yo muero, pero Dios estará con vosotros y os hará volver a la tierra de vuestros padres.

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Génesis 48:21
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

José les dijo a sus hermanos: «Yo pronto moriré pero ciertamente Dios los ayudará y los sacará de esta tierra de Egipto. Él los hará volver a la tierra que solemnemente prometió dar a Abraham, a Isaac y a Jacob».


Yo descenderé contigo a Egipto y te volveré a traer. Morirás en Egipto, pero José estará contigo para cerrar tus ojos.


Además, yo estoy contigo y te protegeré dondequiera que vayas. Llegará el día en que te traeré de regreso a esta tierra. No te dejaré hasta que haya terminado de darte todo lo que te he prometido».


Vive aquí como extranjero en esta tierra, y yo estaré contigo y te bendeciré. Yo, con estas palabras, confirmo que te daré todas estas tierras a ti y a tu descendencia, tal como le prometí solemnemente a Abraham, tu padre.


No hay registro de su padre ni de su madre ni de ninguno de sus antepasados; no hay principio ni fin de su vida. A semejanza del Hijo de Dios, sigue siendo sacerdote para siempre.


Pues nuestro Señor Jesucristo me ha mostrado que pronto tendré que partir de esta vida terrenal,


Los sacerdotes que reciben los diezmos son hombres que mueren, así que Melquisedec es superior a ellos porque se nos dice que sigue viviendo.


En cuanto a mí, mi vida ya fue derramada como una ofrenda a Dios. Se acerca el tiempo de mi muerte.


Este salmo no hace referencia a David, pues, después de haber hecho la voluntad de Dios en su propia generación, David murió, fue enterrado con sus antepasados y su cuerpo se descompuso.


«Señor Soberano, permite ahora que tu siervo muera en paz, como prometiste.


¡El Señor vive! ¡Alabanzas a mi Roca! ¡Exaltado sea el Dios de mi salvación!


»Dentro de poco moriré, seguiré el camino de todo ser viviente en este mundo. En lo profundo del corazón, ustedes saben que cada promesa del Señor su Dios se ha cumplido. ¡Ni una sola ha fallado!


El Señor le dijo a Josué: «A partir de hoy, empezaré a convertirte en un gran líder a los ojos de todos los israelitas. Sabrán que yo estoy contigo, tal como estuve con Moisés.


Mi mandato es: “¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas”».


Nadie podrá hacerte frente mientras vivas. Pues yo estaré contigo como estuve con Moisés. No te fallaré ni te abandonaré.


No temas ni te desalientes, porque el propio Señor irá delante de ti. Él estará contigo; no te fallará ni te abandonará».


Entonces Jacob volvió a establecerse en la tierra de Canaán, donde su padre había vivido como extranjero.


pero yo castigaré a la nación que los esclavice, y al final saldrán con muchas riquezas.


Tomó a su esposa Sarai, a su sobrino Lot, y todas sus posesiones —sus animales y todas las personas que había incorporado a los de su casa en Harán— y se dirigió a la tierra de Canaán. Cuando llegaron a Canaán,


entonces el Señor tu Dios te devolverá tu bienestar. Tendrá misericordia de ti y te volverá a reunir de entre todas las naciones por donde te dispersó.


Cuando hayan pasado cuatro generaciones, tus descendientes regresarán aquí, a esta tierra, porque los pecados de los amorreos no ameritan aún su destrucción».


Cuando se acercaba el momento de su muerte, Jacob llamó a su hijo José, y le dijo: —Te ruego que me hagas un favor. Pon tu mano debajo de mi muslo y jura que me tratarás con amor inagotable al hacer honor a esta última petición: no me entierres en Egipto;


El faraón concedió la petición de José y le dijo: «Ve y entierra a tu padre, tal como él te hizo prometer».


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