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Génesis 33:9 - Biblia Nueva Traducción Viviente

9 —Hermano mío, yo tengo más que suficiente —dijo Esaú—. Guarda para ti lo que tienes.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y dijo Esaú: Suficiente tengo yo, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Le dijo Esaú: 'Hermano, yo tengo de todo, guarda lo que es tuyo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y dijo Esaú: Yo tengo abundancia, hermano mío, sea para ti lo que es tuyo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Dijo Esaú; 'Tengo ya mucho, hermano mío; sea lo tuyo para ti'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Y dijo Esaú: Suficiente tengo yo, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo.

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Génesis 33:9
13 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Finalmente su padre Isaac le dijo: «Tú vivirás lejos de las riquezas de la tierra y lejos del rocío que desciende de los cielos.


Hermano, tu amor me ha dado mucha alegría y consuelo, porque muchas veces tu bondad reanimó el corazón del pueblo de Dios.


Él ya no es como un esclavo para ti. Es más que un esclavo, es un hermano amado, especialmente para mí. Ahora será de más valor para ti, como persona y como hermano en el Señor.


Después de oírlo, alabaron a Dios. Luego dijeron: «Tú sabes, querido hermano, cuántos miles de judíos también han creído, y todos ellos siguen muy en serio la ley de Moisés;


Así que Ananías fue y encontró a Saulo, puso sus manos sobre él y dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, quien se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo».


Es el caso de un hombre que está totalmente solo, sin hijos ni hermanos, no obstante trabaja mucho para acumular toda la riqueza posible. Sin embargo, luego se pregunta: «¿Para quién trabajo? ¿Por qué me privo de tantos placeres?». Nada tiene sentido, todo es tan deprimente.


Cuando la vida de alguien agrada al Señor, hasta sus enemigos están en paz con él.


Pues habían subido a Betel y habían llorado en presencia del Señor hasta la noche. Le habían preguntado al Señor: —¿Debemos salir nuevamente a pelear contra nuestros parientes de Benjamín? Y el Señor había dicho: —Salgan a pelear contra ellos.


Desde ese momento, Esaú odió a Jacob, porque su padre le había dado la bendición a él. Entonces Esaú comenzó a tramar: «Pronto haré duelo por la muerte de mi padre y después mataré a mi hermano Jacob».


Luego el Señor le preguntó a Caín: —¿Dónde está tu hermano? ¿Dónde está Abel? —No lo sé —contestó Caín—. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?


La sanguijuela tiene dos bocas que chupan, y gritan: «¡Más, más!». Hay tres cosas que nunca se sacian; no, son cuatro las que nunca dicen «¡basta!»:


Vivirás de la espada y servirás a tu hermano. Sin embargo, cuando decidas liberarte, te sacudirás su yugo del cuello».


—No —insistió Jacob—, si he logrado tu favor, te ruego que aceptes este regalo de mi parte. ¡Y qué alivio es ver tu amigable sonrisa! ¡Es como ver el rostro de Dios!


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