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Génesis 32:5 - Biblia Nueva Traducción Viviente

5 y ahora soy dueño de ganado, burros, rebaños de ovejas y de cabras, y muchos siervos, tanto varones como mujeres. He enviado a estos mensajeros por delante para informar a mi señor de mi llegada, con la esperanza de que me recibas con bondad”».

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Biblia Reina Valera 1960

5 y tengo vacas, asnos, ovejas, y siervos y siervas; y envío a decirlo a mi señor, para hallar gracia en tus ojos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 los mensajeros recibieron las instrucciones siguientes: 'Digan a mi señor, a Esaú, de parte de su servidor Jacob: He vivido con Labán y con él he permanecido hasta hoy.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y tengo bueyes, asnos y ovejas, siervos y siervas, y envío a declararlo a mi señor para hallar gracia ante tus ojos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 con estas instrucciones: 'Así hablaréis a mi señor, a Esaú: 'Esto dice Jacob, tu siervo: he morado en casa de Labán, donde he permanecido hasta ahora.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Y tengo vacas, y asnos, y ovejas, y siervos y siervas; y envío a decirlo a mi señor, por hallar gracia en tus ojos.

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Génesis 32:5
13 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

—¿Y qué eran todos esos rebaños y esas manadas que encontré en el camino? —preguntó Esaú. —Son un regalo, mi señor, para asegurar tu amistad —contestó Jacob.


—De acuerdo —dijo Esaú—, pero déjame al menos asignarte a algunos de mis hombres para que los guíen y los protejan. —No es necesario —respondió Jacob—. ¡Basta que me hayas recibido amigablemente, mi señor!


Pero ¿por qué? ¿Alguna vez les he pedido que me regalen algo? ¿Les he suplicado que me den algo suyo?


—En ese caso —le dijo el rey a Siba—, te doy todo lo que le pertenece a Mefiboset. —Me inclino ante usted —respondió Siba—, que yo siempre pueda complacerlo, mi señor el rey.


—¡Oh, muchas gracias! —exclamó ella. Así que se fue, comenzó a comer de nuevo y ya no estuvo triste.


Un día Rut la moabita le dijo a Noemí: —Déjame ir a los campos de cosecha a ver si alguien en su bondad me permite recoger las espigas de grano dejadas atrás. Noemí respondió: —Está bien, hija mía, puedes ir.


—¡Usted nos ha salvado la vida! —exclamaron ellos—. Permítanos, señor nuestro, ser los esclavos del faraón.


Por favor, acepta este regalo que te traje, porque Dios ha sido muy generoso conmigo. Yo tengo más que suficiente. Debido a la insistencia de Jacob, Esaú finalmente aceptó el regalo.


Toda la riqueza que Dios le ha quitado a nuestro padre y te ha dado a ti nos pertenece legalmente a nosotras y a nuestros hijos. Así que, adelante, haz todo lo que Dios te ha dicho.


Como resultado, Jacob se hizo muy rico, con grandes rebaños de ovejas y cabras, siervas y siervos, y muchos camellos y burros.


¿Pero qué tal si el siervo piensa: “Mi amo no regresará por un tiempo” y comienza a golpear a los otros siervos, a parrandear y a emborracharse?


Entonces el Señor le dijo a Jacob: «Regresa a la tierra de tu padre y de tu abuelo, y a tus parientes de allí y yo estaré contigo».


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