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Génesis 28:3 - Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Que el Dios Todopoderoso te bendiga y te conceda muchos hijos. ¡Y que tus descendientes se multipliquen y formen numerosas naciones!

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Que el Dios de las Alturas te bendiga, te multiplique y de ti salgan muchas naciones.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 ’El-Shadday te bendiga, te haga fructificar y te multiplique hasta llegar a ser multitud de pueblos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 El Sadday te bendiga, te haga fructificar y te multiplique, para que te conviertas en una muchedumbre de pueblos

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Y el Dios Todopoderoso te bendiga y te haga fructificar, y te multiplique, hasta venir a ser multitud de pueblos;

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Génesis 28:3
23 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Jacob le dijo a José: —El Dios Todopoderoso se me apareció en la aldea de Luz, en la tierra de Canaán, y me bendijo


Entonces Dios dijo: «Yo soy El-Shaddai, “Dios Todopoderoso”. Sé fructífero y multiplícate. Llegarás a formar una gran nación; incluso, de ti saldrán muchas naciones. ¡Habrá reyes entre tus descendientes!


¡Y te daré tantos descendientes que, como el polvo de la tierra, será imposible contarlos!


Después Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: «Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra.


Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo».


Que el Dios Todopoderoso les muestre misericordia cuando estén delante del hombre, para que ponga a Simeón en libertad y permita que Benjamín regrese. Pero si tengo que perder a mis hijos, que así sea.


José llamó a su segundo hijo Efraín, porque dijo: «Dios me hizo fructífero en esta tierra de mi aflicción».


Cuando Rebeca partía le dieron la siguiente bendición: «Hermana nuestra, ¡que llegues a ser la madre de muchos millones! Que tus descendientes sean fuertes y conquisten las ciudades de sus enemigos».


No vi ningún templo en la ciudad, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son el templo.


Y yo seré su Padre, y ustedes serán mis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso».


Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte.


Me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como El-Shaddai, “Dios Todopoderoso”, pero a ellos no les revelé mi nombre: Yahveh.


Si el Señor no construye la casa, el trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo. Si el Señor no protege la ciudad, protegerla con guardias no sirve para nada.


Con respecto a Ismael, también a él lo bendeciré, tal como me has pedido. Haré que sea muy fructífero y multiplicaré su descendencia. Llegará a ser padre de doce príncipes, y haré de él una gran nación;


Haré que tus descendientes sean tan numerosos como las estrellas de los cielos, y les daré todas estas tierras. Y mediante tu descendencia, todas las naciones de la tierra serán bendecidas.


donde el Señor se le apareció la noche de su llegada. «Yo soy el Dios de tu padre Abraham —dijo—. No tengas miedo, porque yo estoy contigo y te bendeciré. Multiplicaré a tus descendientes, y se convertirán en una gran nación. Lo haré a causa de la promesa que hice a Abraham, mi siervo».


Isaac comenzó a temblar de manera incontrolable y dijo: —¿Entonces quién me acaba de servir lo que cazó? Ya he comido, y lo bendije a él poco antes de que llegaras, ¡y esa bendición quedará en pie!


con estas palabras: “Te haré fructífero y multiplicaré tu descendencia. Haré de ti una multitud de naciones, y daré esta tierra de Canaán a tus descendientes como posesión perpetua”.


Que el Dios de tu padre te ayude; que el Todopoderoso te bendiga con bendiciones de los cielos de arriba, y con bendiciones de las aguas profundas de abajo, y con bendiciones de los pechos y del vientre.


Pero sus descendientes —los israelitas— tuvieron muchos hijos y nietos. De hecho, se multiplicaron tanto que llegaron a ser sumamente poderosos y llenaron todo el territorio.


Mientras estaba allí, llegó Booz de Belén y saludó a los cosechadores: —¡El Señor sea con ustedes! —les dijo. —¡El Señor lo bendiga! —respondieron los cosechadores.


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