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Génesis 25:34 - Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Entonces Jacob le dio a Esaú guiso de lentejas y algo de pan. Esaú comió, y luego se levantó y se fue. Así mostró desprecio por sus derechos de hijo mayor.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Jacob entonces dio a su hermano pan y el guiso de lentejas. Esaú comió y bebió, y después se marchó. No hizo mayor caso de sus derechos de primogénito.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Entonces Jacob dio a Esaú pan con potaje de lentejas, y él comió y bebió, se levantó y se fue. Así despreció Esaú la primogenitura.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Entonces Jacob le dio pan y el guiso de lentejas. Esaú comió y bebió; luego se levantó y se marchó. Así menospreció Esaú los derechos de primogenitura.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú su primogenitura.

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Génesis 25:34
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿Y qué valor hubo en luchar contra las fieras salvajes —esa gente de Éfeso— si no habrá resurrección de los muertos? Y si no hay resurrección, «¡comamos y bebamos, que mañana moriremos!».


En cambio, ustedes bailan y juegan; matan reses y ovejas; comen carne y beben vino. Y dicen: «¡Comamos y bebamos, que mañana moriremos!».


“Miren, ustedes burlones, ¡asómbrense y mueran! Pues estoy haciendo algo en sus propios días, algo que no creerían aun si alguien les dijera”».


y preguntó: «¿Cuánto me pagarán por traicionar a Jesús?». Y ellos le dieron treinta piezas de plata.


Pero las personas a quienes había invitado no hicieron caso y siguieron su camino: uno se fue a su granja y otro a su negocio.


Luego el Señor me dijo: «Arrójalas al alfarero», ¡esta magnífica cantidad con que me valuaron! Así que tomé las treinta monedas y las lancé al alfarero en el templo del Señor.


Entonces sugiero que se diviertan, ya que en este mundo no hay nada mejor para la gente que comer, beber y disfrutar de la vida. De ese modo, tendrán algo de felicidad junto con todo el arduo trabajo que Dios les da bajo el sol.


El pueblo se negó a entrar en la agradable tierra, porque no creían la promesa de que Dios los iba a cuidar.


Cierto día, mientras Jacob preparaba un guiso, Esaú regresó del desierto, agotado y hambriento.


Pero Jacob dijo: —Primero tienes que jurar que los derechos de hijo mayor me pertenecen a mí. Así que Esaú hizo un juramento, mediante el cual vendía todos sus derechos de hijo mayor a su hermano Jacob.


Un hambre terrible azotó la tierra, como había ocurrido antes en tiempos de Abraham. Así que Isaac se trasladó a Gerar, donde vivía Abimelec, rey de los filisteos.


Pero Isaac le preguntó: —¿Quién eres tú? —Soy tu hijo, tu hijo mayor, Esaú —contestó.


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