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Génesis 24:50 - Biblia Nueva Traducción Viviente

50 Entonces Betuel y Labán respondieron: —Es evidente que el Señor te trajo hasta aquí, así que no hay nada que podamos decir.

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Biblia Reina Valera 1960

50 Entonces Labán y Betuel respondieron y dijeron: De Jehová ha salido esto; no podemos hablarte malo ni bueno.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

50 Labán y Batuel respondieron: 'En todo esto está la mano de Yavé, y no tenemos nada que añadir.

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La Biblia Textual 3a Edicion

50 Y respondiendo Labán y Betuel, dijeron: De parte de YHVH ha salido el asunto. No podemos decirte ni mal ni bien.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

50 Respondieron Labán y Betuel: 'De Yahveh ha salido esto. Nosotros no podemos decirte ni bien ni mal.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

50 Entonces Labán y Betuel respondieron y dijeron: De Jehová ha salido esto; no podemos hablarte malo ni bueno.

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Génesis 24:50
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Esto es obra del Señor y es maravilloso verlo.


pero la noche anterior, Dios se le había aparecido a Labán el arameo en un sueño y le había dicho: «Te advierto que dejes en paz a Jacob».


Yo podría destruirte, pero el Dios de tu padre se me apareció anoche y me advirtió: “¡Deja en paz a Jacob!”.


Esto es obra del Señor y es maravilloso verlo” ?».


Absalón nunca habló de esto con Amnón, sin embargo, lo odió profundamente por lo que le había hecho a su hermana.


Y, como Dios les dio a esos gentiles el mismo don que nos dio a nosotros cuando creímos en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para estorbar a Dios?


Entonces Jesús les preguntó: —¿Nunca leyeron en las Escrituras: “La piedra que los constructores rechazaron ahora se ha convertido en la piedra principal. Esto es obra del Señor y es maravilloso verlo” ?


—Queremos que Rebeca se quede con nosotros al menos diez días —dijeron su madre y su hermano—, y luego podrá irse.


Después sacó joyas de plata y de oro, y vestidos, y se los dio a Rebeca. También entregó valiosos regalos a su hermano y a su madre.


La joven corrió a su casa para contarle a su familia todo lo que había ocurrido.


Entonces, antes de terminar su oración, vio a una joven llamada Rebeca, que salía con su cántaro al hombro. Ella era hija de Betuel, quien era hijo de Nacor —hermano de Abraham— y de Milca, su esposa.


Cuando Rebeca partía le dieron la siguiente bendición: «Hermana nuestra, ¡que llegues a ser la madre de muchos millones! Que tus descendientes sean fuertes y conquisten las ciudades de sus enemigos».


Aquí está Rebeca; tómala y vete. Efectivamente, que ella sea la esposa del hijo de tu amo, tal como el Señor lo ha dispuesto.


Por lo tanto, el rey no prestó atención al pueblo. Este giro en la historia ocurrió por voluntad del Señor, porque cumplía el mensaje que el Señor le había dado a Jeroboam, hijo de Nabat, por medio del profeta Ahías de Silo.


“Esto dice el Señor: ‘No peleen contra sus parientes, los israelitas. ¡Regrese cada uno a su casa, porque lo que ha sucedido es obra mía!’”». Entonces ellos obedecieron el mensaje del Señor y cada uno volvió a su casa, tal como el Señor había ordenado.


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