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Génesis 15:5 - Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Entonces el Señor llevó a Abram afuera y le dijo: —Mira al cielo y, si puedes, cuenta las estrellas. ¡Esa es la cantidad de descendientes que tendrás!

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Yavé lo sacó afuera y le dijo: 'Mira al cielo y cuenta las estrellas, si puedes. Así será tu descendencia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y lo sacó fuera, y le dijo: Contempla ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas. Y le dijo: Así será tu descendencia.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Y sacándole fuera, le dijo: 'Mira al cielo y cuenta, si puedes, las estrellas'. Y añadió: 'Así será tu descendencia'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Y lo llevó fuera, y dijo: Mira ahora hacia el cielo, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu simiente.

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Génesis 15:5
22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Así que una nación entera provino de este solo hombre, quien estaba casi muerto en cuanto a tener hijos; una nación con tantos habitantes que, como las estrellas de los cielos y la arena de la orilla del mar, es imposible contar.


Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones. Pues Dios le había dicho: «Esa es la cantidad de descendientes que tendrás».


El Señor su Dios los ha aumentado en cantidad, ¡son tan numerosos como las estrellas!


Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob. Tú mismo te comprometiste con ellos bajo juramento diciendo: “Haré que sus descendientes sean tan numerosos como las estrellas del cielo, y entregaré a sus descendientes toda esta tierra que prometí darles, y ellos la poseerán para siempre”.


ciertamente te bendeciré. Multiplicaré tu descendencia hasta que sea incontable, como las estrellas del cielo y la arena a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos;


Cuando tus antepasados llegaron a Egipto, eran solamente setenta personas. ¡Pero ahora el Señor tu Dios te ha vuelto tan numeroso como las estrellas del cielo!


Y así como no se pueden contar las estrellas de los cielos ni se puede medir la arena a la orilla del mar, así multiplicaré los descendientes de mi siervo David y de los levitas que ministran ante mí».


Cuenta las estrellas y llama a cada una por su nombre.


Cuando David hizo el censo no contó a los que tenían menos de veinte años, porque el Señor había prometido hacer a los israelitas tan numerosos como las estrellas del cielo.


Haré de ti una gran nación; te bendeciré y te haré famoso, y serás una bendición para otros.


¡Tus descendientes serán tan numerosos como el polvo de la tierra! Se esparcirán en todas las direcciones: hacia el oriente y el occidente, hacia el norte y el sur; y todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti y de tu descendencia.


Haré que tus descendientes sean tan numerosos como las estrellas de los cielos, y les daré todas estas tierras. Y mediante tu descendencia, todas las naciones de la tierra serán bendecidas.


Después añadió: —Yo te daré más descendientes de los que puedas contar.


¡Y te daré tantos descendientes que, como el polvo de la tierra, será imposible contarlos!


Yo haré un pacto contigo, por medio del cual garantizo darte una descendencia incontable».


Pero yo tomé a tu antepasado Abraham de la tierra que está al otro lado del Éufrates y lo guie a la tierra de Canaán. Le di muchos descendientes por medio de su hijo Isaac.


Sin embargo, aquí estoy en medio de tu pueblo escogido, ¡una nación tan grande y numerosa que no se puede contar!


Hiciste que sus descendientes fueran tan numerosos como las estrellas del cielo y los llevaste a la tierra que habías prometido a sus antepasados.


Levanta tus ojos a los cielos y mira las nubes en lo alto.


Sí, piensen en Abraham, su antepasado, y en Sara, que dio a luz a su nación. Cuando llamé a Abraham, era un solo hombre; pero, cuando lo bendije, se convirtió en una gran nación».


Así que Jacob pasó la noche en aquel lugar. Luego escogió de sus pertenencias los siguientes regalos para entregar a su hermano Esaú:


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