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Ezequiel 5:8 - Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Por lo tanto, ahora, yo mismo, el Señor Soberano, soy tu enemigo. Te castigaré en público, a la vista de todas las naciones.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Así, pues, ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti; sí, yo, y haré juicios en medio de ti ante los ojos de las naciones.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Por eso Yavé les dice: Yo, a mi vez, me vuelvo contra ti; cumpliré dentro de ti, viéndolo las naciones, lo que he decidido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Por eso dice Adonay YHVH: ¡Heme aquí a mí también en contra tuya! Te juzgaré a vista de las naciones,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 por eso, así dice el Señor Yahveh: aquí estoy también yo mismo contra ti, para hacer justicia en ti ante los ojos de las naciones.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Por tanto, así dice el Señor Jehová: He aquí, yo estoy contra ti; sí, yo, y ejecutaré juicios en medio de ti a la vista de las naciones.

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Ezequiel 5:8
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Si escapan de un fuego, me encargaré de que caigan en otro. Cuando me ponga en su contra, ustedes sabrán que yo soy el Señor.


Los haré objeto de horror y un símbolo de maldad para todas las naciones de la tierra. En todos los lugares donde yo los disperse, serán objetos de desprecio y de burla. Los maldecirán y se mofarán de ellos.


Dile: “Esto dice el Señor: ‘Oh Israel, yo soy tu enemigo y voy a desenvainar mi espada para destruir a tu gente, a justos y a perversos por igual.


Yo pelearé personalmente contra el pueblo en Jerusalén, esa poderosa fortaleza, contra el pueblo que se jacta: ‘Nadie puede tocarnos aquí; nadie puede entrar aquí’.


Yo mismo pelearé contra ti con mano fuerte y brazo poderoso porque estoy muy enojado. ¡Me has puesto furioso!


»El rey se puso furioso, y envió a su ejército para destruir a los asesinos y quemar su ciudad.


»Hijo de hombre, profetiza contra Gog. Dale este mensaje de parte del Señor Soberano: “Yo soy tu enemigo, oh Gog, gobernante de las naciones de Mesec y Tubal.


Dales este mensaje de parte del Señor Soberano: »“Oh monte Seir, yo soy tu enemigo y levantaré mi puño contra ti para destruirte por completo.


Dale a la gente de Sidón este mensaje de parte del Señor Soberano: »“Oh Sidón, yo soy tu enemigo, y revelaré mi gloria en lo que te haré. Cuando traiga juicio sobre ti y revele mi santidad en medio de ti, todos los que observen sabrán que yo soy el Señor.


Los expulsaré de Jerusalén y los entregaré a extranjeros que ejecutarán mis castigos contra ustedes.


Volvió su mano contra mí una y otra vez, todo el día.


Así es, el Señor venció a Israel como lo hace un enemigo. Destruyó sus palacios y demolió sus fortalezas. Causó dolor y llanto interminable sobre la bella Jerusalén.


Todos los que los encontraban los devoraban. Sus enemigos decían: “No hicimos nada malo al atacarlos porque ellos pecaron contra el Señor, quien es su verdadero lugar de descanso y la esperanza de sus antepasados”.


Y el Señor jamás perdonará a los que piensan así. Por el contrario, su enojo y su celo arderán contra ellos. Les caerán encima todas las maldiciones escritas en este libro, y el Señor borrará sus nombres de la faz de la tierra.


Te volverás objeto de burla, de mofas y de horror. Servirás de advertencia a las naciones que te rodean. Ellas verán lo que sucede cuando el Señor castiga con enojo a una nación y la reprende, dice el Señor.


»Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: lo que ustedes afirman es falso y sus visiones son mentira, por eso yo me pondré en contra de ustedes, dice el Señor Soberano.


Así traeré un gran castigo sobre Egipto y los egipcios sabrán que yo soy el Señor”».


Esto dice el Señor Soberano: ahora me declaro enemigo de esos pastores y los haré responsables de lo que le sucedió a mi rebaño. Les quitaré el derecho de alimentar al rebaño y no dejaré que sigan alimentándose a sí mismos. Rescataré de su boca a mi rebaño; las ovejas ya no serán su presa.


«¡Yo soy tu enemigo! —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—. Tus carros de guerra serán quemados; tus jóvenes morirán en la batalla. Nunca más saquearás las naciones conquistadas. No volverán a oírse las voces de tus orgullosos mensajeros».


Quemarán tus casas y te castigarán frente a muchas mujeres. Yo pondré fin a tu prostitución y haré que no les pagues más a tus numerosos amantes.


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