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Ezequiel 47:3 - Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Me llevó a lo largo de la corriente de agua y, mientras avanzábamos, él iba midiendo; cuando llegamos a quinientos treinta metros, me llevó a través de la corriente. El agua me llegaba a los tobillos.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El hombre se alejó al oriente. Midió mil codos con la vara que sostenía en la mano, luego me dijo que atravesara el arroyuelo: el agua me llegaba apenas a los tobillos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Cuando el varón salió hacia el oriente con el cordel en su mano, midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas, hasta los tobillos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Cuando el hombre salió hacia oriente, tenía una cuerda en su mano y midió mil codos. Luego me hizo pasar por el agua con ella hasta los tobillos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Y saliendo el varón hacia el oriente, tenía un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos.

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Ezequiel 47:3
12 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

A medida que me acercaba, vi a un hombre de pie junto a una puerta de entrada y su rostro brillaba como el bronce. En la mano tenía una cuerda de medir hecha de lino y una vara para medir.


El ángel que hablaba conmigo tenía en la mano una vara de oro para medir la ciudad, sus puertas y su muralla.


Luego me fue dada una vara para medir y me fue dicho: «Ve y mide el templo de Dios y el altar, y cuenta el número de adoradores;


Ahora él ha sido exaltado al lugar de más alto honor en el cielo, a la derecha de Dios. Y el Padre, según lo había prometido, le dio el Espíritu Santo para que lo derramara sobre nosotros, tal como ustedes lo ven y lo oyen hoy.


Y todos los presentes fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otros idiomas, conforme el Espíritu Santo les daba esa capacidad.


»Ahora enviaré al Espíritu Santo, tal como prometió mi Padre; pero quédense aquí en la ciudad hasta que el Espíritu Santo venga y los llene con poder del cielo».


Cuando miré de nuevo, vi a un hombre con una cinta de medir en la mano.


El hombre me llevó hacia afuera del muro por la puerta norte y me condujo hasta la entrada oriental. Allí pude ver que el agua fluía por el lado sur de la entrada oriental.


Midió otros quinientos treinta metros y una vez más me llevó a través de la corriente. Esta vez el agua me llegaba hasta las rodillas. Después de otros quinientos treinta metros, el agua me alcanzaba a la cintura.


Entonces yo mismo seré un muro de fuego protector alrededor de Jerusalén, dice el Señor. ¡Y seré la gloria dentro de la ciudad!”.


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