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Ezequiel 43:4 - Biblia Nueva Traducción Viviente

4 y la gloria del Señor entró al templo por la puerta oriental.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y la gloria de Jehová entró en la casa por la vía de la puerta que daba al oriente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 La Gloria de Yavé entró en el Templo por la puerta este.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y la gloria de YHVH entró en la Casa por la vía de la puerta que mira al oriente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Cuando la gloria de Yahveh entró en el templo por la puerta cuyo frontispicio da a oriente,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Y la gloria de Jehová entró en la casa por la vía de la puerta que daba hacia el oriente.

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Ezequiel 43:4
11 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Entonces el Señor me dijo: «Esta entrada debe permanecer cerrada; nunca volverá a abrirse. Nadie jamás la abrirá ni entrará por ella, pues el Señor, Dios de Israel, entró por aquí. Por lo tanto, permanecerá siempre cerrada.


De pronto, la gloria del Dios de Israel apareció desde el oriente. El sonido de su venida era como el rugir de aguas torrentosas y todo el paisaje resplandeció con su gloria.


Entonces la nube cubrió el tabernáculo, y la gloria del Señor llenó el tabernáculo.


Lo rodeaba un halo luminoso, como el arco iris que brilla entre las nubes en un día de lluvia. Así se me presentó la gloria del Señor. Cuando la vi, caí con rostro en tierra, y oí la voz de alguien que me hablaba.


Entonces la gloria del Señor se levantó de la ciudad y se detuvo sobre la montaña que está al oriente.


Después el hombre me llevó de regreso a la puerta oriental.


Luego el hombre me llevó por la entrada norte hasta el frente del templo. Miré y vi que la gloria del Señor llenaba el templo del Señor, así que caí al suelo rostro en tierra.


Moisés no podía entrar en el tabernáculo, porque la nube se había posado allí, y la gloria del Señor llenaba el tabernáculo.


»¡Levántate, Jerusalén! Que brille tu luz para que todos la vean. Pues la gloria del Señor se levanta para resplandecer sobre ti.


Luego el Espíritu me levantó y oí detrás de mí un fuerte ruido que retumbaba. (¡Alabada sea la gloria del Señor en su lugar!).


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