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Ezequiel 43:20 - Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Tomarás parte de la sangre del animal y con ella untarás los cuatro cuernos del altar, las cuatro esquinas de la saliente superior y el reborde que rodea la saliente. Esto limpiará el altar y hará expiación por él.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Y tomarás de su sangre, y pondrás en los cuatro cuernos del altar, y en las cuatro esquinas del descanso, y en el borde alrededor; así lo limpiarás y purificarás.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Untarás en su sangre y con ella tocarás los cuatro cuernos, los ángulos del zócalo y el borde; así harás la expiación del altar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Y tomarás de su sangre, y la pondrás en los cuatro cuernos del altar, y en las cuatro esquinas del descanso, y sobre el borde en derredor. Así lo purificarás y harás expiación por él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Tomarás parte de su sangre y la pondrás sobre los cuatro cuernos del altar, sobre los cuatro ángulos del zócalo y sobre el reborde que hay alrededor, así lo purificarás y harás su expiación.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Y tomarás de su sangre, y pondrás en los cuatro cuernos del altar, y en las cuatro esquinas del descanso, y en el borde alrededor; así lo limpiarás y purificarás.

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Ezequiel 43:20
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Después rociará la sangre con su dedo siete veces sobre el altar. De esta manera lo purificará de la contaminación de Israel y lo hará santo.


Moisés lo mató y tomó parte de la sangre y, con su dedo, la untó sobre los cuatro cuernos del altar para purificarlo. Derramó el resto de la sangre al pie del altar. Mediante este proceso, al purificarlo, el altar quedó consagrado.


Hazlo diariamente, durante siete días, para limpiar el altar y hacer expiación por él, y así quedará apartado para un uso santo.


»El segundo día, sacrificarás como ofrenda por el pecado un cabrito que no tenga ningún defecto físico. Después, nuevamente limpiarás el altar y harás expiación por él, tal como hiciste con el becerro.


Entonces sus hijos le llevaron la sangre, él mojó su dedo en ella y la puso en los cuernos del altar, y después derramó el resto de la sangre al pie del altar.


Cada día deberás sacrificar un becerro como ofrenda por el pecado, para purificarlos y hacerlos justos ante el Señor. Finalizada la ceremonia, limpia el altar purificándolo; unge el altar con aceite para consagrarlo.


Con tu dedo, unta parte de la sangre sobre los cuernos del altar, y derrama el resto de la sangre al pie del altar.


Luego el sacerdote mojará su dedo en la sangre de la ofrenda por el pecado y la pondrá en los cuernos del altar de las ofrendas quemadas, y derramará el resto de la sangre al pie del altar.


Después el sacerdote mojará su dedo en la sangre y la pondrá en los cuernos del altar de las ofrendas quemadas, y derramará el resto de la sangre al pie del altar.


Luego el sacerdote mojará su dedo en la sangre de la ofrenda por el pecado y la pondrá en los cuernos del altar de las ofrendas quemadas, y derramará el resto de la sangre al pie del altar.


»Luego Aarón saldrá para purificar el altar que está delante del Señor. Tomará un poco de la sangre del becerro y del chivo y la pondrá en cada uno de los cuernos del altar.


desde la zanja, el altar se eleva un metro con diez centímetros hasta una saliente inferior de cincuenta y tres centímetros de ancho, que rodea el altar. Desde la saliente inferior, el altar se eleva dos metros con diez centímetros hasta la saliente superior, también de cincuenta y tres centímetros de ancho.


El sacerdote tomará la sangre de ese sacrificio por el pecado y la pondrá sobre los marcos de la puerta del templo, sobre las cuatro esquinas de la saliente superior del altar y sobre los postes de la puerta de entrada al atrio interior.


Purifica el altar y conságralo cada día, durante siete días. Después el altar será completamente santo, y todo lo que lo toque se volverá santo.


Luego Moisés presentó el becerro para la ofrenda por el pecado. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del becerro.


»”Esto dice el Señor Soberano: a comienzos de la primavera, el primer día de cada año nuevo, sacrifica un becerro sin defecto para purificar el templo.


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