Ezequiel 42:3 - Biblia Nueva Traducción Viviente

³ Un grupo de habitaciones daba al espacio del atrio interior que tenía diez metros con sesenta centímetros de ancho. Otro grupo de habitaciones daba al empedrado del atrio exterior. Ambos grupos tenían tres pisos de alto y estaban construidos uno frente al otro.

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Biblia Reina Valera 1960

³ Frente a los veinte codos que había en el atrio interior, y enfrente del enlosado que había en el atrio exterior, estaban las cámaras, las unas enfrente de las otras en tres pisos.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³ Las puertas del patio interior se abrían hacia una galería de tres pisos que daban al empedrado del patio exterior.

La Biblia Textual 3a Edicion

³ Frente al atrio interior (de veinte codos) y al enlosado que tenía el atrio exterior, había una galería que daba frente a la otra galería, en los tres niveles.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³ Frente a los veinte codos del atrio interior y frente al empedrado del atrio exterior había una galería delante de la otra galería de tres pisos.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

³ Frente a los veinte codos que había en el atrio de adentro, y enfrente del enlosado que había en el atrio exterior, estaban las cámaras, las unas enfrente de las otras en tres pisos.

Ezequiel 42:3 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Ezequiel 41:10

y la hilera de habitaciones a lo largo del muro exterior del atrio interior. Ese espacio libre tenía diez metros con sesenta centímetros de ancho y rodeaba todo el templo.

Ezequiel 42:5

Cada uno de los dos pisos de arriba era más angosto que el de debajo, porque era necesario dejar espacio delante de ellos para los pasillos.

Cantares 7:5

Tu cabeza es tan majestuosa como el monte Carmelo, y el brillo de tus cabellos irradia realeza. El rey quedó cautivado con tus rizos.

Cantares 1:17

las ramas fragantes de los cedros son los soportes de nuestra casa y los abetos aromáticos, las vigas del techo.

2 Crónicas 7:3

Cuando todos los israelitas vieron que el fuego descendía y que la gloriosa presencia del Señor llenaba el templo, cayeron postrados rostro en tierra y adoraron y alabaron al Señor diciendo: «¡Él es bueno! ¡Su fiel amor perdura para siempre!».