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Ezequiel 42:20 - Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Así que la zona medía doscientos sesenta y cinco metros en cada lado y tenía un muro alrededor para separar lo santo de lo común.

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Biblia Reina Valera 1960

20 A los cuatro lados lo midió; tenía un muro todo alrededor, de quinientas cañas de longitud y quinientas cañas de ancho, para hacer separación entre el santuario y el lugar profano.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Así midió los cuatro lados; un muro de quinientas varas a lo largo y a lo ancho separaba lo sagrado de lo profano.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Midió por los cuatro vientos, y el muro que lo rodeaba era de quinientas cañas de longitud por quinientas de ancho, separando el lugar sagrado del profano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Lo midió por los cuatro lados; era un muro que lo rodeaba por todas partes, de quinientas cañas de largo por quinientas de ancho, para separar lo sagrado de lo profano.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 A los cuatro lados lo midió; tenía un muro todo alrededor de quinientas cañas de longitud, y quinientas cañas de anchura, para hacer separación entre el santuario y el lugar profano.

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Ezequiel 42:20
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Una parte de esta tierra —un cuadrado de doscientos sesenta y cinco metros de lado— se apartará para el templo. A su alrededor se dejará libre una franja adicional de tierra de veintiséis metros y medio de ancho.


Pude ver un muro que rodeaba por completo la zona del templo. El hombre tomó una vara que medía tres metros con veinte centímetros de largo y midió el muro, y el muro tenía tres metros con veinte centímetros de espesor y tres metros con veinte centímetros de alto.


Tus sacerdotes desobedecieron mis enseñanzas y profanaron mis objetos santos. No hacen ninguna diferencia entre lo que es santo y lo que no es, tampoco enseñan a mi pueblo la diferencia entre lo que es ceremonialmente puro e impuro. Desprecian mis días de descanso, de modo que soy deshonrado entre ellos.


Entonces yo mismo seré un muro de fuego protector alrededor de Jerusalén, dice el Señor. ¡Y seré la gloria dentro de la ciudad!”.


»Al sur del terreno sagrado del templo, se asignará una franja adicional de tierra, de trece kilómetros con trescientos metros de largo por dos kilómetros con seiscientos cincuenta metros de ancho, para uso público: casas, pastizales y espacios comunes, con una ciudad en el centro.


Enseñarán a mi pueblo la diferencia entre lo santo y lo común, entre lo ceremonialmente puro y lo impuro.


La violencia desaparecerá de tu tierra; se terminarán la desolación y la destrucción de la guerra. La salvación te rodeará como las murallas de una ciudad, y la alabanza estará en los labios de todos los que entren allí.


Por lo tanto, salgan de entre los incrédulos y apártense de ellos, dice el Señor. No toquen sus cosas inmundas, y yo los recibiré a ustedes.


Además, hay un gran abismo que nos separa. Ninguno de nosotros puede cruzar hasta allí, y ninguno de ustedes puede cruzar hasta aquí”.


En aquel día, Israel, tus ciudades serán reconstruidas y tus fronteras se extenderán.


Todo este terreno —incluidas las tierras sagradas y la ciudad— forma un cuadrado de trece kilómetros con trescientos metros de lado.


En aquel día, todos en la tierra de Judá cantarán esta canción: ¡Nuestra ciudad es fuerte! Estamos rodeados por las murallas de la salvación de Dios.


Oh Señor, honraré y alabaré tu nombre, porque tú eres mi Dios. ¡Tú haces cosas maravillosas! Las planeaste hace mucho tiempo, y ahora las has realizado.


Mi amante es como una gacela veloz o un venado joven. ¡Miren! Allí está, detrás del muro, asomándose por la ventana, mirando dentro de la habitación.


Deben distinguir entre lo sagrado y lo común, entre lo que es ceremonialmente impuro y lo que es puro.


y lo mismo el lado occidental, doscientos sesenta y cinco metros.


Esta es la ley fundamental del templo: ¡santidad absoluta! Toda la cumbre del monte donde está el templo es santa. Sí, esta es la ley fundamental del templo.


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