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Ezequiel 39:17 - Biblia Nueva Traducción Viviente

17 »Ahora, hijo de hombre, esto dice el Señor Soberano: llama a las aves y a los animales salvajes y diles: “Reúnanse para mi gran banquete sacrificial. ¡Vengan de lejos y de cerca a los montes de Israel y coman allí carne y beban sangre!

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y tú, hijo de hombre, así ha dicho Jehová el Señor: Di a las aves de toda especie, y a toda fiera del campo: Juntaos, y venid; reuníos de todas partes a mi víctima que sacrifico para vosotros, un sacrificio grande sobre los montes de Israel; y comeréis carne y beberéis sangre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Hijo de hombre, dile a toda clase de aves y a las fieras salvajes: Júntense, vengan de todas partes y reúnanse para el sacrificio, palabra de Yavé, un gran sacrificio que he preparado en las montañas de Israel; habrá carne para comer y sangre para beber.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y tú, hijo de hombre, así dice Adonay YHVH: Di a las aves de toda especie, y a todas las fieras del campo: ¡Juntaos y venid! ¡Reuníos de todas partes a mi festín que preparo para todas vosotras! ¡Un gran sacrificio sobre los montes de Israel para que comáis carne y bebáis sangre!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 'En cuanto a ti, hijo de hombre, así dice el Señor Yahveh: di a toda clase de aves y a todas las fieras salvajes: juntaos y venid, reuníos de todas partes en torno a mi matanza, que voy a ofreceros una gran matanza sobre los montes de Israel. Comeréis carne y beberéis sangre:

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Y tú, hijo de hombre, así dice el Señor Jehová: Dile a todas las aves, y a toda bestia del campo: Juntaos, y venid; reuníos de todas partes a mi sacrificio que ofrezco por vosotros, un sacrificio grande sobre las montañas de Israel, y comeréis carne y beberéis sangre.

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Ezequiel 39:17
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Guarden silencio en presencia del Señor Soberano, porque se acerca el imponente día del juicio del Señor. El Señor ha preparado a su pueblo para una gran matanza y ha seleccionado a sus verdugos.


Tú, tu ejército y tus aliados morirán sobre las montañas. Te haré comida para los buitres y los animales salvajes.


Mi pueblo elegido se comporta como buitres moteados, pero es el pueblo mismo el que está rodeado de buitres. ¡Que salgan los animales salvajes para que despedacen sus cadáveres!


La espada del Señor está empapada en sangre y cubierta de grasa, con la sangre de corderos y cabras, con la grasa de carneros preparados para el sacrificio. Sí, el Señor ofrecerá un sacrificio en la ciudad de Bosra y hará una gran matanza en Edom.


¡Vengan, animales salvajes de los campos! ¡Vengan, animales salvajes de los bosques! ¡Vengan a devorar a mi pueblo!


Pues este es el día del Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales, día para vengarse de sus enemigos. La espada devorará hasta quedar satisfecha, ¡sí, hasta que se emborrache de la sangre de ustedes! El Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales, recibirá hoy un sacrificio en la tierra del norte, junto al río Éufrates.


Su poderoso ejército quedará muerto por los campos, abandonado para los buitres de las montañas y los animales salvajes. Los buitres despedazarán los cadáveres durante el verano y los animales salvajes roerán los huesos durante el invierno.


Hoy el Señor te conquistará, y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Y luego daré los cadáveres de tus hombres a las aves y a los animales salvajes, ¡y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel!


Invita a Isaí al sacrificio, y te mostraré a cuál de sus hijos ungirás para mí.


Apúrense para que lo puedan encontrar antes de que suba a comer. Los invitados no comenzarán a comer hasta que él llegue para bendecir los alimentos.


Luego Jacob ofreció un sacrificio a Dios allí en el monte e invitó a todos a un banquete para celebrar el pacto. Después de comer, pasaron la noche en el monte.


Así como los buitres, cuando se juntan, indican que hay un cadáver cerca, de la misma manera, esas señales revelan que el fin está cerca.


Hasta morirán hombres tan fuertes como los bueyes salvajes, los jóvenes junto a los veteranos. La tierra quedará empapada en sangre y el suelo enriquecido con la grasa.


En aquel día, los que el Señor haya masacrado llenarán la tierra de un extremo a otro. Nadie llorará por ellos ni juntará sus cuerpos para enterrarlos. Estarán esparcidos sobre el suelo como estiércol.


(Habrá allí una ciudad llamada Hamona, que significa ‘multitud’). Así por fin quedará limpia la tierra”.


Sin embargo, traeré desastre sobre ustedes, y habrá mucho llanto y dolor. Pues Jerusalén se convertirá en lo que significa su nombre, Ariel: un altar cubierto de sangre.


Te dejaré a ti y a tus peces abandonados en el desierto para que mueran. Quedarás sin sepultura tirado en campo abierto, pues te daré como comida a los animales salvajes y a las aves.


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