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Ezequiel 30:18 - Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Cuando yo quiebre el orgullo de la fuerza de Egipto, también será un día oscuro para Tafnes. Una nube oscura cubrirá Tafnes, y sus hijas serán llevadas cautivas.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y en Tafnes se oscurecerá el día, cuando quebrante yo allí el poder de Egipto, y cesará en ella la soberbia de su poderío; tiniebla la cubrirá, y los moradores de sus aldeas irán en cautiverio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 En Tahpanés el día se convertirá en tinieblas cuando rompa el cetro de Egipto y ponga fin a su poder insolente; no saldrá de la neblina y sus ciudades sabrán lo que es la deportación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 El día será oscurecido en Tafnes, cuando Yo quebrante el cetro° de Egipto, Y acabe en ella la soberbia de su poderío. Tinieblas la cubrirán, Y los moradores de sus aldeas irán en cautiverio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 En Tafnis se nublará el día, cuando allí quiebre yo los cetros de Egipto y aniquile su orgulloso poder. A ella la cubrirá una nube, sus hijas irán al cautiverio.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Y en Tafnes se oscurecerá el día, cuando yo quiebre allí los yugos de Egipto, y cesará en ella la soberbia de su poderío; una nube la cubrirá, y sus hijas irán en cautiverio.

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Ezequiel 30:18
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porque ya se acerca el día terrible, ¡el día del Señor! Será un día de nubes y de penumbra, un día de desesperación para las naciones.


Será la más insignificante de todas las naciones y nunca volverá a destacarse por encima de las naciones vecinas.


Los egipcios, en pie de guerra, llegaron desde sus ciudades de Menfis y Tafnes; han destruido la gloria y el poder de Israel.


En ese día, el Señor acabará con la servidumbre de su pueblo. Romperá el yugo de la esclavitud y se lo quitará de los hombros.


»Inmediatamente después de la angustia de esos días, “El sol se oscurecerá, la luna no dará luz, las estrellas caerán del cielo, y los poderes de los cielos serán sacudidos” .


El sol y la luna se oscurecerán y las estrellas dejarán de brillar.


»”Oh Egipto, ¿a cuál de los árboles del Edén compararás tu fortaleza y tu gloria? Tú también serás enviado a las profundidades con todas esas naciones. Quedarás tendido entre los paganos que murieron a espada. Ese será el destino del faraón y de todas sus multitudes. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!”».


«¡Grítenlo en Egipto! ¡Publíquenlo en las ciudades de Migdol, Menfis y Tafnes! Movilícense para la batalla, porque la espada devorará a todos los que están a su alrededor.


Este es el mensaje que recibí acerca de Egipto: ¡Miren! El Señor avanza contra Egipto, montado sobre una nube veloz. Los ídolos de Egipto tiemblan; el corazón de los egipcios se paraliza de miedo.


Quebrantaré a los asirios cuando estén en Israel; los pisotearé en mis montañas. Mi pueblo ya no será más esclavo de ellos ni se doblará ante sus cargas pesadas.


Tu poder y tu fuerza fueron enterrados contigo. En tu palacio ha cesado el sonido del arpa. Ahora los gusanos son tu sábana, y las lombrices, tu manta”.


Los cielos se pondrán negros sobre ellos; las estrellas no darán luz. El sol estará oscuro cuando salga y la luna no iluminará.


La tierra quedará ennegrecida por la furia del Señor de los Ejércitos Celestiales. El pueblo será combustible para el fuego, y nadie perdonará la vida ni siquiera de su propio hermano.


Pues tú quebrantarás el yugo de su esclavitud y levantarás la pesada carga de sus hombros. Romperás la vara del opresor, tal como lo hiciste cuando destruiste al ejército de Madián.


Rugirán sobre sus víctimas en aquel día de destrucción, como el rugido del mar. Si alguien extiende su mirada por toda la tierra, solo verá oscuridad y angustia; hasta la luz quedará oscurecida por las nubes.


Yo soy el Señor su Dios, quien los sacó de la tierra de Egipto para que ya no fueran esclavos. Yo quebré de su cuello el yugo de la esclavitud, a fin de que puedan caminar con la cabeza en alto.


pues las langostas cubrieron todo el reino y oscurecieron la tierra. Devoraron todas las plantas del campo y todos los frutos de los árboles que sobrevivieron al granizo. No quedó ni una sola hoja en los árboles ni en las plantas en toda la tierra de Egipto.


Esto me dijo el Señor: «Hazte un yugo y átatelo al cuello con correas de cuero.


Entonces el profeta Hananías quitó el yugo del cuello de Jeremías y lo hizo pedazos.


«Ve y dile a Hananías: “Esto dice el Señor: ‘Tú has quebrado un yugo de madera, pero lo has reemplazado con un yugo de hierro.


Pues en ese día —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—, quebraré el yugo de sus cuellos y romperé sus cadenas. Los extranjeros no serán más sus amos.


Este es el mensaje que recibió Jeremías con relación a los judíos que vivían en el norte de Egipto, en las ciudades de Migdol, Tafnes y Menfis y también en el sur de Egipto.


En su enojo el Señor cubrió de sombras a la bella Jerusalén. La más hermosa de las ciudades de Israel yace en el polvo, derrumbada desde las alturas del cielo. En su día de gran enojo el Señor no mostró misericordia ni siquiera con su templo.


Esparciré a los egipcios por muchos países alrededor del mundo.


Cuando yo borre tu existencia, cubriré los cielos y oscureceré las estrellas. Taparé el sol con una nube, y la luna no te dará su luz.


Los huertos y los campos de mi pueblo darán cosechas abundantes y todos vivirán seguros. Una vez que yo rompa las cadenas de su esclavitud y los rescate de quienes los esclavizaron, entonces ellos sabrán que yo soy el Señor.


Tú y todos tus aliados —un inmenso y temible ejército— descenderán sobre Israel como una tormenta y cubrirán la tierra como una nube.


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