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Ezequiel 3:23 - Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Entonces me levanté y fui. Allí vi la gloria del Señor, tal como la había visto en mi primera visión junto al río Quebar, y caí con el rostro en tierra.

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Biblia Reina Valera 1960

23 Y me levanté y salí al campo; y he aquí que allí estaba la gloria de Jehová, como la gloria que había visto junto al río Quebar; y me postré sobre mi rostro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Me levanto entonces y me dirijo al valle. Veo allí la Gloria de Yavé: estaba allí tal como había visto la Gloria a orillas del río Quebar. Inmediatamente me echo de bruces al suelo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Me levanté pues, salí a la llanura, y allí estaba la gloria de YHVH, como la gloria que había visto junto al río Quebar, y caí sobre mi rostro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Me levanté, salí a la llanura y vi que estaba allí parada la gloria de Yahveh como la gloria que yo había visto a la orilla del río Quebar. Y caí rostro en tierra.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

23 Y me levanté, y salí al campo; y he aquí que allí estaba la gloria de Jehová, como la gloria que había visto junto al río de Quebar; y caí sobre mi rostro.

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Ezequiel 3:23
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Lo rodeaba un halo luminoso, como el arco iris que brilla entre las nubes en un día de lluvia. Así se me presentó la gloria del Señor. Cuando la vi, caí con rostro en tierra, y oí la voz de alguien que me hablaba.


Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto; pero él puso la mano derecha sobre mí y me dijo: «¡No tengas miedo! Yo soy el Primero y el Último.


pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, y vio la gloria de Dios y vio a Jesús de pie en el lugar de honor, a la derecha de Dios.


Y los cuatro seres vivientes decían: «¡Amén!». Y los veinticuatro ancianos se postraron y adoraron al Cordero.


Y cuando tomó el rollo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y llevaba copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo de Dios.


los veinticuatro ancianos se postran y adoran al que está sentado en el trono (el que vive por siempre y para siempre), y ponen sus coronas delante del trono, diciendo:


Cuando Gabriel se acercó al lugar donde yo estaba, me aterroricé tanto que caí rostro en tierra. «Hijo de hombre —me dijo—, debes comprender que los sucesos que has visto en tu visión tienen que ver con el tiempo del fin».


Luego la gloria del Señor salió de la entrada del templo y se sostenía en el aire por encima de los querubines.


Entonces la gloria del Dios de Israel se elevó de entre los querubines, donde había reposado, y se movió hacia la entrada del templo. Luego el Señor llamó al hombre vestido de lino, que llevaba el estuche de escriba.


Cuando la comunidad se congregaba para protestar contra Moisés y Aarón, la gente se dio vuelta hacia el tabernáculo y vio que la nube lo había cubierto y que había aparecido la gloriosa presencia del Señor.


Mientras tanto, Coré había incitado a toda la comunidad contra Moisés y Aarón, y todos se reunieron a la entrada del tabernáculo. Entonces la gloriosa presencia del Señor se apareció ante toda la comunidad.


De pronto, estaba allí la gloria del Dios de Israel, tal como yo la había visto antes en el valle.


De pronto, la gloria del Dios de Israel apareció desde el oriente. El sonido de su venida era como el rugir de aguas torrentosas y todo el paisaje resplandeció con su gloria.


Esta visión fue igual a las otras que yo había tenido, primero junto al río Quebar y después cuando él vino a destruir Jerusalén. Caí con el rostro en tierra


Luego el hombre me llevó por la entrada norte hasta el frente del templo. Miré y vi que la gloria del Señor llenaba el templo del Señor, así que caí al suelo rostro en tierra.


—Ninguno de los dos —contestó—. Soy el comandante del ejército del Señor. Entonces Josué cayó rostro en tierra ante él con reverencia. —Estoy a tus órdenes —dijo Josué—. ¿Qué quieres que haga tu siervo?


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