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Ezequiel 26:3 - Biblia Nueva Traducción Viviente

3 »Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: oh Tiro, yo soy tu enemigo y haré que muchas naciones se levanten contra ti como las olas del mar que rompen contra tu costa.

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Biblia Reina Valera 1960

3 por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Pues bien, esto dice Yavé: Me lanzaré contra ti, Tiro, y haré que suban contra ti naciones tan numerosas como las olas del mar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Así dice Adonay YHVH: ¡Heme aquí contra ti, oh Tiro! Como el mar levanta sus olas, Así Yo levanto contra ti a pueblos numerosos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Por eso, así dice el Señor Yahveh: 'Aquí estoy yo, Tiro, contra ti. Alzaré contra ti pueblos numerosos como el mar alza sus olas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 por tanto, así dice el Señor Jehová: He aquí yo contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas.

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Ezequiel 26:3
23 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El mar ha subido sobre Babilonia; está cubierta por las violentas olas.


Rugirán sobre sus víctimas en aquel día de destrucción, como el rugido del mar. Si alguien extiende su mirada por toda la tierra, solo verá oscuridad y angustia; hasta la luz quedará oscurecida por las nubes.


Ahora muchas naciones se han reunido contra ustedes. «Que sean profanados —dicen ellos—. Seamos testigos de la destrucción de Jerusalén».


»Y habrá señales extrañas en el sol, en la luna y en las estrellas. Y aquí en la tierra, las naciones del mundo estarán en caos, perplejas por los mares rugientes y las mareas extrañas.


Reuniré a todas las naciones para que peleen contra Jerusalén. La ciudad será tomada, las casas saqueadas y las mujeres violadas. La mitad de la población será llevada al cautiverio y al resto la dejarán entre las ruinas de la ciudad.


El león despedazaba carne para sus cachorros y estrangulaba presas para su leona. Llenaba la guarida de presas y sus cavernas con su botín.


Dale este mensaje de parte del Señor Soberano: “¡Gog, yo soy tu enemigo!


Dale a la gente de Sidón este mensaje de parte del Señor Soberano: »“Oh Sidón, yo soy tu enemigo, y revelaré mi gloria en lo que te haré. Cuando traiga juicio sobre ti y revele mi santidad en medio de ti, todos los que observen sabrán que yo soy el Señor.


»”¡Pero mira! ¡Tus remeros te han llevado hacia mares tempestuosos! ¡Un poderoso viento oriental te ha causado destrozos en alta mar!


Dile: “Esto dice el Señor: ‘Oh Israel, yo soy tu enemigo y voy a desenvainar mi espada para destruir a tu gente, a justos y a perversos por igual.


Por lo tanto, ahora, yo mismo, el Señor Soberano, soy tu enemigo. Te castigaré en público, a la vista de todas las naciones.


Están armados con arcos y lanzas. Son crueles y no tienen compasión de nadie. Cuando avanzan sobre sus caballos se oyen como el rugido del mar. Vienen en formación de batalla con planes de destruirte, Babilonia.


«Mira, pueblo arrogante, yo soy tu enemigo —dice el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales—. Ha llegado el día de tu juicio, el día en que te castigaré.


Yo pelearé personalmente contra el pueblo en Jerusalén, esa poderosa fortaleza, contra el pueblo que se jacta: ‘Nadie puede tocarnos aquí; nadie puede entrar aquí’.


Están armados con arcos y lanzas; son crueles y no perdonan a nadie. Cuando avanzan montados a caballo se oyen como el rugido del mar. Vienen en formación de batalla, con planes de destruirte, hermosa Jerusalén».


Él habló, y se desataron los vientos que agitaron las olas.


»Esto dice el Señor Soberano: convertiré a Tiro en ruinas despobladas, como muchas otras. La sepultaré bajo las terribles oleadas del ataque enemigo. Los grandes mares te tragarán.


ahora soy enemigo tuyo y de tu río. Haré de Egipto una tierra totalmente desolada y baldía, desde Migdol hasta Asuán, y tan al sur como la frontera con Etiopía.


«¡Yo soy tu enemigo! —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—. Ahora te levantaré la falda y mostraré tu desnudez y tu vergüenza a toda la tierra.


Pero ahora el Señor despojará a Tiro de sus posesiones y lanzará sus fortificaciones al mar, y será reducida a cenizas.


a los reyes de Tiro y Sidón, y a los reyes de las regiones al otro lado del mar.


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