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Ezequiel 26:20 - Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Te enviaré a la fosa para que te reúnas con los que descendieron allí hace mucho tiempo. Tu ciudad quedará en ruinas, sepultada bajo tierra, como los que están en la fosa, quienes entraron al mundo de los muertos. Aquí, en el mundo de los vivos, no tendrás ningún lugar de honor.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Y te haré descender con los que descienden al sepulcro, con los pueblos de otros siglos, y te pondré en las profundidades de la tierra, como los desiertos antiguos, con los que descienden al sepulcro, para que nunca más seas poblada; y daré gloria en la tierra de los vivientes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Haré que desciendas junto con los que van a la tumba, y te reunirás con el pueblo de los muertos, con todos los que han ido a parar a la fosa; no revivirás, no serás reedificada en la tierra de los vivos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Y te hundiré con los que descienden al sepulcro, a gentes de tiempos remotos, y te pondré en las profundidades de la tierra, entre las ruinas de la antigüedad, con los que descienden al sepulcro, para que nunca más seas poblada, pero Yo pondré gloria en la tierra de los vivientes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 entonces te haré bajar con los que bajan a la fosa, con los hombres de otro tiempo; te obligaré a residir en el país de los abismos, entre ruinas sempiternas, con los que bajan a la fosa, para que no vuelvas a ocupar un lugar en el país de los vivos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Y te haré descender con los que descienden a la fosa, con el pueblo de antaño; y te pondré en las profundidades de la tierra, como los desiertos antiguos, con los que descienden a la fosa, para que nunca más seas poblada; y yo daré gloria en la tierra de los vivientes.

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Ezequiel 26:20
26 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Sin embargo, yo confío en que veré la bondad del Señor mientras estoy aquí, en la tierra de los vivientes.


Y ustedes, los de Capernaúm, ¿serán honrados en el cielo? No, descenderán al lugar de los muertos».


Después de un período de gloria, el Señor de los Ejércitos Celestiales me envió contra las naciones que los saquearon a ustedes. Pues él dijo: «Cualquiera que te dañe, daña a mi más preciada posesión.


Me hundí hasta las raíces de las montañas. Me quedé preso en la tierra, cuyas puertas se cierran para siempre. Pero tú, oh Señor mi Dios, ¡me arrebataste de las garras de la muerte!


y dijo: «En mi gran aflicción clamé al Señor y él me respondió. Desde la tierra de los muertos te llamé, ¡y tú, Señor, me escuchaste!


»Aunque caven hasta el lugar de los muertos, allí descenderé y los sacaré. Aunque suban hasta los cielos, de allí los derribaré.


»”De ese modo, daré a conocer mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel. No permitiré que nadie deshonre mi nombre; y las naciones también sabrán que yo soy el Señor, el Santo de Israel.


Me enterró en un lugar oscuro, como a los que habían muerto hace tiempo.


Andamos a tientas, como los ciegos junto a una pared, palpando para encontrar el camino, como la gente que no tiene ojos. Hasta en lo más radiante del mediodía, tropezamos como si estuviera oscuro. Entre los vivos, somos como los muertos.


Entonces el Señor proveerá sombra para el monte Sion y para todos los que se reúnan allí; les dará una cubierta de nubes durante el día y por la noche, humo y ardiente fuego, que cubrirá la tierra gloriosa.


A ti elevo mi oración, oh Señor, roca mía; no cierres tus oídos a mi voz. Pues si guardas silencio, mejor sería darme por vencido y morir.


Así que descendieron vivos a la tumba, junto con todas sus pertenencias. La tierra se cerró encima de ellos y desaparecieron de entre el pueblo de Israel;


pero si el Señor hace algo totalmente nuevo y la tierra abre su boca y se los traga con todas sus pertenencias y descienden vivos a la tumba, entonces ustedes sabrán que estos hombres mostraron desprecio por el Señor».


»Y ustedes, los de Capernaúm, ¿serán honrados en el cielo? No, descenderán al lugar de los muertos. Pues, si hubiera hecho en la perversa ciudad de Sodoma los milagros que hice entre ustedes, la ciudad estaría aquí hasta el día de hoy.


Dios tampoco perdonó al mundo antiguo, aparte de Noé y a los otros siete miembros de su familia. Noé advirtió al mundo del justo juicio de Dios, y por eso Dios lo protegió cuando destruyó, con un gran diluvio, el mundo de los que vivían sin Dios.


»En el lugar de los muertos hay mucha emoción por tu llegada. Los espíritus de los líderes mundiales y de los reyes poderosos que murieron hace tiempo se ponen de pie para verte llegar.


Todos exclaman a una voz: “¡Ahora eres tan débil como nosotros!


¡Entonces esta ciudad me traerá gozo, gloria y honra ante todas las naciones de la tierra! ¡Ellas verán todo el bien que hago a mi pueblo y temblarán de asombro al ver la paz y prosperidad que le doy!


Que ningún árbol de ninguna otra nación se envanezca por su propia grandeza, aunque supere la altura de las nubes y reciba agua de lo profundo. Pues todos están condenados a morir y a descender a las profundidades de la tierra. Caerán a la fosa junto con el resto del mundo.


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