Ezequiel 21:3 - Biblia Nueva Traducción Viviente

³ Dile: “Esto dice el Señor: ‘Oh Israel, yo soy tu enemigo y voy a desenvainar mi espada para destruir a tu gente, a justos y a perversos por igual.

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Biblia Reina Valera 1960

³ Dirás a la tierra de Israel: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo estoy contra ti, y sacaré mi espada de su vaina, y cortaré de ti al justo y al impío.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³ Le dirás al bosque del sur: Escucha la palabra de Yavé... Esto dice Yavé: Encenderé en ti un fuego que consumirá todos los árboles: verdes o secos. Ese fuego violento no se apagará y en él arderán todas las personas desde el sur al norte.

La Biblia Textual 3a Edicion

³ y di a la tierra de Israel: Así dice YHVH: He aquí Yo estoy contra ti; sacaré mi espada de su vaina, y cortaré de ti a inocentes y a culpables.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³ Di al bosque del Negueb: escucha la palabra de Yahveh. Así dice el Señor Yahveh: 'Mira: voy a prenderte fuego, que devorará en ti todo árbol verde y todo árbol seco; no se apagará la abrasadora llama, de tal modo que arderá toda la superficie desde el sur hasta el norte'.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

³ Y dirás a la tierra de Israel: Así dice Jehová: He aquí, que yo contra ti, y sacaré mi espada de su vaina, y cortaré de ti al justo y al impío.

Ezequiel 21:3 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Jeremías 21:13

Yo pelearé personalmente contra el pueblo en Jerusalén, esa poderosa fortaleza, contra el pueblo que se jacta: ‘Nadie puede tocarnos aquí; nadie puede entrar aquí’.

Job 9:22

Inocente o perverso, para Dios es lo mismo, por eso digo: “Él destruye tanto al intachable como al perverso”.

Nahúm 3:5

«¡Yo soy tu enemigo! —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—. Ahora te levantaré la falda y mostraré tu desnudez y tu vergüenza a toda la tierra.

Nahúm 2:13

«¡Yo soy tu enemigo! —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—. Tus carros de guerra serán quemados; tus jóvenes morirán en la batalla. Nunca más saquearás las naciones conquistadas. No volverán a oírse las voces de tus orgullosos mensajeros».

Ezequiel 5:8

Por lo tanto, ahora, yo mismo, el Señor Soberano, soy tu enemigo. Te castigaré en público, a la vista de todas las naciones.

Zacarías 13:7

»Despierta, oh espada, contra mi pastor, el hombre quien es mi compañero —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—. Mata al pastor, y las ovejas se dispersarán y me volveré contra los corderos.

Sofonías 2:12

«Ustedes, etíopes, también serán masacrados por mi espada», dice el Señor.

Ezequiel 26:3

»Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: oh Tiro, yo soy tu enemigo y haré que muchas naciones se levanten contra ti como las olas del mar que rompen contra tu costa.

Ezequiel 21:19

«Hijo de hombre, dibuja un mapa y traza en él dos caminos para que los siga la espada del rey de Babilonia. Coloca una señal en el camino que sale de Babilonia, donde el sendero se divide en dos:

Ezequiel 14:21

»Ahora esto dice el Señor Soberano: ¡qué terrible será cuando estos cuatro castigos espantosos caigan sobre Jerusalén —guerra, hambre, animales salvajes y enfermedades— y destruyan a todos sus habitantes y a los animales!

Ezequiel 14:17

»O supongamos que yo provocara guerra contra el país y mandara ejércitos enemigos para destruir tanto a personas como a animales.

Ezequiel 5:12

Una tercera parte del pueblo morirá de hambre y de enfermedades en la ciudad. Otra tercera parte será masacrada por el enemigo fuera de las murallas de la ciudad. A la otra tercera parte la dispersaré a los cuatro vientos y la perseguiré con mi espada.

Jeremías 51:25

«¡Mira, oh poderosa montaña, destructora de la tierra! Yo soy tu enemigo —dice el Señor—. Levantaré mi puño contra ti, para derribarte desde las cumbres. Cuando termine contigo, no serás más que un montón de escombros quemados.

Jeremías 51:20

«Tú eres mi hacha de guerra y mi espada —dice el Señor—. Contigo destrozaré naciones y destruiré muchos reinos.

Jeremías 50:31

«Mira, pueblo arrogante, yo soy tu enemigo —dice el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales—. Ha llegado el día de tu juicio, el día en que te castigaré.

Isaías 34:5

Y cuando mi espada haya terminado su trabajo en los cielos, caerá sobre Edom, la nación que he señalado para ser destruida.

Isaías 10:5

«Qué aflicción le espera a Asiria, la vara de mi ira. Yo la empleo como garrote para expresar mi enojo.

Eclesiastés 9:2

A la larga, a todos les espera el mismo destino, sean justos o malvados, buenos o malos, religiosos o no religiosos, estén o no ceremonialmente puros. Las personas buenas reciben el mismo trato que los pecadores, y las personas que hacen promesas a Dios reciben el mismo trato que los que no las hacen.

Salmos 17:13

¡Levántate, oh Señor! ¡Enfréntalos y haz que caigan de rodillas! ¡Con tu espada rescátame de los perversos!

Levítico 26:33

Los dispersaré entre las naciones y sacaré mi espada contra ustedes. Sus ciudades quedarán en ruinas y su tierra desolada.

Levítico 26:25

Enviaré ejércitos en su contra que llevarán a cabo la maldición del pacto que violaron. Cuando corran a sus ciudades buscando seguridad, les enviaré una plaga para destruirlos ahí mismo, y serán entregados en manos de sus enemigos.

Éxodo 15:9

»El enemigo se jactaba diciendo: “Los perseguiré y los alcanzaré. Los despojaré y los consumiré. Sacaré mi espada; mi mano poderosa los destruirá”.

Isaías 57:1

La gente buena se muere; muchas veces, los justos mueren antes de que llegue su hora. Pero a nadie parece importarle el porqué; tampoco se lo preguntan a sí mismos. Parece que nadie entiende que Dios los está protegiendo del mal que vendrá.

Ezequiel 13:8

»Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: lo que ustedes afirman es falso y sus visiones son mentira, por eso yo me pondré en contra de ustedes, dice el Señor Soberano.

Ezequiel 29:10

ahora soy enemigo tuyo y de tu río. Haré de Egipto una tierra totalmente desolada y baldía, desde Migdol hasta Asuán, y tan al sur como la frontera con Etiopía.

Salmos 80:17

Fortalece al hombre que amas, al hijo que elegiste.

Salmos 83:15

persíguelos con tu tormenta feroz; atérralos con tu tempestad.

Jeremías 17:27

»”’Sin embargo, si no me escuchan y se niegan a guardar como sagrado el día de descanso, y si ese día pasan mercadería por las puertas de Jerusalén como si fuera cualquier otro, entonces quemaré estas puertas. El fuego se extenderá a los palacios y nadie podrá apagar las llamas rugientes’”».

Jeremías 21:14

Y yo mismo los castigaré por ser tan pecadores, dice el Señor. Prenderé fuego a sus bosques y ese fuego incendiará todo a su alrededor”.

Ezequiel 24:9

»”Esto dice el Señor Soberano: ¡Qué aflicción le espera a Jerusalén, ciudad de asesinos! Yo mismo amontonaré leña debajo de ella.

Amós 5:6

¡Vuelvan a buscar al Señor y vivan! De lo contrario, él pasará por Israel como un fuego y los devorará completamente. Sus dioses en Betel no serán capaces de apagar las llamas.

Amós 7:4

Después el Señor Soberano me mostró otra visión. Lo vi preparándose para castigar a su pueblo con un gran fuego. El fuego había quemado las profundidades del mar e iba devorando toda la tierra.