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Ezequiel 14:20 - Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, aunque Noé, Daniel y Job estuvieran allí, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Solo ellos tres se salvarían por causa de su justicia.

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Biblia Reina Valera 1960

20 y estuviesen en medio de ella Noé, Daniel y Job, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a hijo ni a hija; ellos por su justicia librarían solamente sus propias vidas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Si Noé, Daniel y Job estuvieran en ese país, por mi vida, dice Yavé, no salvarían ni hijos ni hijas, pero salvarían su vida a causa de su justicia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 y estuvieran en medio de ella Noé, Dan’el° y Job ¡vivo Yo! dice Adonay YHVH, no podrían librar ni a su hijo ni a su hija; sólo ellos, por su justicia, podrían librar sus propias almas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 y estuvieran en él, Noé, Daniel y Job, ¡pormivida! -oráculo del Señor Yahveh-, que ni a hijo ni a hija salvarían; ellos, por su justicia, se salvarían a sí mismos'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 y estuviesen en medio de ella Noé, Daniel y Job, vivo yo, dice el Señor Jehová, no librarían a hijo ni a hija; pero ellos por su justicia librarían sus almas.

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Ezequiel 14:20
20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Aunque Noé, Daniel y Job estuvieran allí, su justicia los salvaría solo a ellos y no a ningún otro, dice el Señor Soberano.


Por lo tanto, podemos identificar quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo. Todo el que no se conduce con rectitud y no ama a los creyentes no pertenece a Dios.


Queridos hijos, no dejen que nadie los engañe acerca de lo siguiente: cuando una persona hace lo correcto, demuestra que es justa, así como Cristo es justo.


Ya que sabemos que Cristo es justo, también sabemos que todos los que hacen lo que es justo son hijos de Dios.


En cada nación, él acepta a los que le temen y hacen lo correcto.


Busquen al Señor los que son humildes y sigan sus mandamientos. Procuren hacer lo que es correcto y vivir con humildad. Quizá todavía el Señor los proteja y los libre de su ira en ese día de destrucción.


Yo dije: “Planten buenas semillas de justicia, y levantarán una cosecha de amor. Aren la dura tierra de sus corazones, porque ahora es tiempo de buscar al Señor para que él venga y haga llover justicia sobre ustedes”.


Todos los pecados pasados serán olvidados y vivirán por las acciones justas que han hecho.


Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, aunque esos tres hombres estuvieran allí, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Se salvarían solo ellos tres, pero la tierra quedaría desolada.


Díganles a los justos que a ellos les irá bien en todo. ¡Disfrutarán de la rica recompensa que se han ganado!


La persona que peque es la que morirá. El hijo no será castigado por los pecados del padre ni el padre será castigado por los pecados del hijo. Los justos serán recompensados por su propia conducta recta y las personas perversas serán castigadas por su propia perversidad.


Fue por la fe que Noé construyó un barco grande para salvar a su familia del diluvio en obediencia a Dios, quien le advirtió de cosas que nunca antes habían sucedido. Por su fe, Noé condenó al resto del mundo y recibió la justicia que viene por la fe.


Había un hombre llamado Job que vivía en la tierra de Uz. Era un hombre intachable, de absoluta integridad, que tenía temor de Dios y se mantenía apartado del mal.


Luego el Señor me dijo: «Aun si Moisés y Samuel se presentaran delante de mí para rogarme por este pueblo, no lo ayudaría. ¡Fuera con ellos! ¡Quítenlos de mi vista!


Si tú les adviertes, pero ellos se niegan a arrepentirse y siguen pecando, morirán en sus pecados; pero tú te habrás salvado porque me obedeciste.


»O supongamos que yo derramara mi furia y enviara una epidemia al país que matara tanto a personas como a animales.


»Ahora esto dice el Señor Soberano: ¡qué terrible será cuando estos cuatro castigos espantosos caigan sobre Jerusalén —guerra, hambre, animales salvajes y enfermedades— y destruyan a todos sus habitantes y a los animales!


Daniel, Ananías, Misael y Azarías fueron cuatro de los jóvenes seleccionados, todos de la tribu de Judá.


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