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Ezequiel 13:6 - Biblia Nueva Traducción Viviente

6 En cambio, han mentido y han hecho predicciones falsas. Dicen: “Este mensaje es del Señor”, aunque el Señor nunca los envió. ¡Y todavía esperan que el Señor cumpla las profecías de ellos!

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Biblia Reina Valera 1960

6 Vieron vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: Ha dicho Jehová, y Jehová no los envió; con todo, esperan que él confirme la palabra de ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Dicen: Palabra de Yavé, pero son sólo visiones falsas, predicciones mentirosas. Yavé no los envió, ¿y esperan que él cumpla lo que han dicho?

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Visionarios falsos, adivinos embusteros, que dicen: ¡Dice YHVH! cuando YHVH no los ha enviado, ¡y aún así esperan que confirme su palabra!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Ven cosas vanas y adivinaciones mentirosas esos que dicen: 'Oráculo de Yahveh', cuando Yahveh no los ha enviado, y esperan que él confirme sus palabras.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Vieron vanidad y adivinación de mentira, diciendo: Dice Jehová; y Jehová no los envió; y hacen esperar que se confirme la palabra.

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Ezequiel 13:6
28 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y tus profetas los encubren dando falsas visiones y predicciones mentirosas. Dicen: ‘Mi mensaje proviene del Señor Soberano’, cuando en realidad el Señor no les ha dicho ni una sola palabra.


»Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “No permitan que los engañen los profetas y los adivinos que están entre ustedes en la tierra de Babilonia. No presten atención a sus sueños,


Entonces el profeta Jeremías le dijo a Hananías: «¡Escucha, Hananías! El Señor no te ha enviado, pero el pueblo cree tus mentiras.


Tus profetas han transmitido falsas visiones y tus adivinos han dicho mentiras. La espada caerá sobre el cuello de los malvados, para quienes ya ha llegado el día del juicio final.


¿Ahora dónde están tus profetas que te dijeron que el rey de Babilonia no te atacaría a ti ni a esta tierra?


Los ídolos caseros dan consejos sin ningún valor, los adivinos predicen solo mentiras y los que interpretan los sueños dicen falsedades que no dan consuelo. Así que mi pueblo vaga como ovejas perdidas, y las atacan porque no tienen pastor.


Entonces el Señor dijo: —Esos profetas dicen mentiras en mi nombre. Yo no los envié ni les dije que hablaran. No les transmití ningún mensaje. Ellos profetizan visiones y revelaciones que nunca han visto ni oído. Hablan necedades, producto de su propio corazón mentiroso.


Se jactan de sí mismos con alardes tontos y sin sentido. Saben cómo apelar a los deseos sexuales pervertidos, para incitar a que vuelvan al pecado los que apenas se escapaban de una vida de engaño.


Por lo tanto, Dios hará que ellos sean engañados en gran manera y creerán esas mentiras.


porque muchos vendrán en mi nombre y afirmarán: “Yo soy el Mesías”. Engañarán a muchos.


Los habitantes de Jerusalén pensarán que es un falso presagio, debido a su tratado con los babilonios; pero el rey de Babilonia le recordará a la gente su rebelión. Entonces los atacará y los capturará.


¿No son acaso totalmente falsas sus visiones si ustedes afirman: “Este mensaje es del Señor”, cuando yo ni siquiera les he hablado?


Tus profetas han declarado tantas tonterías; son falsas hasta la médula. No te salvaron del destierro exponiendo a la luz tus pecados. Más bien, te pintaron cuadros engañosos y te llenaron de falsas esperanzas.


«Envía una carta abierta a todos los desterrados en Babilonia. Diles: “Esto dice el Señor con relación a Semaías el nehelamita: ‘Como les ha profetizado a pesar de que yo no lo envié, y los ha engañado, haciéndolos creer sus mentiras,


«Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “Quitaré del cuello de ustedes el yugo del rey de Babilonia.


¡Solo los simplones creen todo lo que se les dice! Los prudentes examinan cuidadosamente sus pasos.


Así que el rey murió, y llevaron su cuerpo a Samaria, donde lo enterraron.


Denles la siguiente orden de parte del rey: “¡Metan a este hombre en la cárcel y no le den más que pan y agua hasta que yo regrese sano y salvo de la batalla!”».


Así que el rey de Israel convocó a los profetas, unos cuatrocientos en total, y les preguntó: —¿Debo ir a pelear contra Ramot de Galaad o desistir? Todos ellos contestaron: —¡Sí, adelante! El Señor dará la victoria al rey.


los profetas dan profecías falsas, y los sacerdotes gobiernan con mano de hierro. Peor todavía, ¡a mi pueblo le encanta que sea así! Ahora bien, ¿qué harán ustedes cuando todo esto llegue a su fin?


Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales a su pueblo: «No escuchen a estos profetas cuando ellos les profeticen, llenándolos de esperanzas vanas. Todo lo que dicen son puros inventos. ¡No hablan de parte del Señor!


Todos los demás profetas estaban de acuerdo. —Sí —decían—, sube a Ramot de Galaad y saldrás vencedor, porque ¡el Señor dará la victoria al rey!


Cuando Micaías se presentó ante el rey, Acab le preguntó: —Micaías, ¿debemos ir a pelear contra Ramot de Galaad o desistir? Micaías le respondió con sarcasmo: —¡Sí, sube y saldrás vencedor, porque el Señor dará la victoria al rey!


Un día a fines del verano del mismo año —el cuarto año del reinado de Sedequías, rey de Judá— Hananías, hijo de Azur, un profeta de Gabaón, se dirigió a mí públicamente en el templo mientras los sacerdotes y el pueblo escuchaban. Dijo:


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