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Ezequiel 11:6 - Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Ustedes asesinaron a muchos en esta ciudad y llenaron las calles con cadáveres.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Habéis multiplicado vuestros muertos en esta ciudad, y habéis llenado de muertos sus calles.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Pero como han llenado esta ciudad de víctimas y las calles de cadáveres,

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Habéis multiplicado vuestros asesinatos en esta ciudad, y habéis llenado sus calles de cadáveres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Habéis multiplicado vuestras víctimas en esta ciudad y habéis llenado sus calles de víctimas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Habéis multiplicado vuestros muertos en esta ciudad, y habéis llenado de muertos sus calles.

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Ezequiel 11:6
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»Prepara cadenas para mi pueblo, porque la tierra está ensangrentada por crímenes terribles. Jerusalén está llena de violencia.


Tus líderes son como lobos que despedazan a sus víctimas. ¡En realidad destruyen vidas a cambio de dinero!


Por todas partes hay asesinos a sueldo, prestamistas usureros y extorsionistas. Ni siquiera piensan en mí ni en mis mandatos, dice el Señor Soberano.


Hay quienes acusan falsamente a otros y los envían a la muerte. Estás llena de gente que rinde culto a ídolos y hace cosas obscenas.


Cuando levanten las manos para orar, no miraré; aunque hagan muchas oraciones, no escucharé, porque tienen las manos cubiertas con la sangre de víctimas inocentes.


Como consecuencia, se les hará responsables del asesinato de toda la gente justa de todos los tiempos, desde el asesinato del justo Abel hasta el de Zacarías, hijo de Berequías, a quien mataron en el templo, entre el santuario y el altar.


Sus líderes son como leones rugientes en cacería de sus víctimas. Sus jueces son como lobos voraces al anochecer, que para la mañana no han dejado rastro de su presa.


La gente que sigue a Dios ha desaparecido; no queda ni una sola persona honrada sobre la tierra. Son todos asesinos; les tienden trampas hasta a sus propios hermanos.


Construyen Jerusalén sobre cimientos de crimen y corrupción.


Me contestó: —Los pecados del pueblo de Israel y Judá son muy, pero muy grandes. La tierra está llena de homicidios; la ciudad está colmada de injusticia. Ellos dicen: “¡El Señor no lo ve! ¡El Señor ha abandonado esta tierra!”.


No obstante, ocurrió a causa de los pecados de sus profetas y de los pecados de sus sacerdotes, que profanaron la ciudad al derramar sangre inocente.


¿De verdad piensan que pueden robar, matar, cometer adulterio, mentir y quemar incienso a Baal y a los otros nuevos dioses que tienen,


si dejan de explotar a los extranjeros, a los huérfanos y a las viudas; si dejan de asesinar; y si dejan de dañarse ustedes mismos al rendir culto a los ídolos.


Tus vestidos están manchados con la sangre de los inocentes y de los pobres, ¡aunque no los sorprendiste robando tu casa!


He castigado a tus hijos, pero no respondieron a mi disciplina. Tú mismo mataste a tus profetas como un león mata a su presa.


Manasés también asesinó a mucha gente inocente, a tal punto que Jerusalén se llenó de sangre inocente de un extremo a otro. Eso fue además del pecado que hizo cometer a los habitantes de Judá, al inducirlos a hacer lo malo a los ojos del Señor.


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