Ezequiel 11:22 - Biblia Nueva Traducción Viviente

²² Luego los querubines desplegaron las alas y se elevaron por el aire con las ruedas junto a ellos y la gloria del Dios de Israel se sostenía en el aire por encima de ellos.

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Biblia Reina Valera 1960

²² Después alzaron los querubines sus alas, y las ruedas en pos de ellos; y la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²² En ese momento, los querubines desplegaron sus alas y las ruedas se fueron con ellos; la Gloria del Dios de Israel descansaba sobre ellos.

La Biblia Textual 3a Edicion

²² Y los querubines alzaron sus alas, y las ruedas en pos de ellos, y la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²² Entonces los querubines alzaron sus alas, las ruedas iban con ellos y la gloria del Dios de Israel estaba encima de ellos.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²² Después alzaron los querubines sus alas, y las ruedas en pos de ellos; y la gloria del Dios de Israel estaba encima sobre ellos.

Ezequiel 11:22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Ezequiel 10:19

Entonces, mientras yo observaba, los querubines volaron con sus ruedas a la puerta oriental del templo del Señor y la gloria del Dios de Israel se sostenía en el aire por encima de ellos.

Ezequiel 1:28

Lo rodeaba un halo luminoso, como el arco iris que brilla entre las nubes en un día de lluvia. Así se me presentó la gloria del Señor. Cuando la vi, caí con rostro en tierra, y oí la voz de alguien que me hablaba.

Ezequiel 9:3

Entonces la gloria del Dios de Israel se elevó de entre los querubines, donde había reposado, y se movió hacia la entrada del templo. Luego el Señor llamó al hombre vestido de lino, que llevaba el estuche de escriba.

Ezequiel 10:4

Entonces la gloria del Señor se elevó por encima de los querubines y se dirigió hacia la entrada del templo. El templo se llenó con esa nube de gloria y el atrio resplandeció con la gloria del Señor.

Ezequiel 43:2

De pronto, la gloria del Dios de Israel apareció desde el oriente. El sonido de su venida era como el rugir de aguas torrentosas y todo el paisaje resplandeció con su gloria.