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Ezequiel 11:2 - Biblia Nueva Traducción Viviente

2 El Espíritu me dijo: «Hijo de hombre, estos son los hombres que piensan hacer maldades y dan consejos perversos en esta ciudad.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y me dijo: Hijo de hombre, estos son los hombres que maquinan perversidad, y dan en esta ciudad mal consejo;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Yavé me dijo: 'Hijo de hombre, estos son hombres que meditan el mal y que dan malos consejos a la ciudad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y me dijo: Hijo de hombre, éstos son los que maquinan perversidades y dan malos consejos en esta ciudad,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Yahveh me dijo: 'Hijo de hombre, éstos son los individuos que maquinan el mal y dan perversos consejos en esta ciudad,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Y me dijo: Hijo de hombre, estos son los hombres que maquinan perversidad, y dan mal consejo en esta ciudad.

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Ezequiel 11:2
12 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

»Qué aflicción les espera a mis hijos rebeldes —dice el Señor—. Ustedes hacen planes contrarios a los míos; hacen alianzas que no son dirigidas por mi Espíritu, y de esa forma aumentan sus pecados.


Así que iré y hablaré a sus líderes. Sin duda ellos conocen los caminos del Señor y entienden las leyes de Dios». Pero los líderes también, como un solo hombre, se habían librado del yugo de Dios y roto las cadenas.


Todo el día conspiras destrucción. Tu lengua es cortante como una navaja afilada; eres experto en decir mentiras.


A nadie le importa ser justo y honrado; las demandas legales de la gente se basan en mentiras. Conciben malas acciones y después dan a luz el pecado.


Entonces el pueblo dijo: «Vengan, busquemos la manera de detener a Jeremías. Ya tenemos suficientes sacerdotes, sabios y profetas. No necesitamos que él enseñe la palabra ni que nos dé consejos ni profecías. Hagamos correr rumores acerca de él y no hagamos caso a lo que dice».


Se quedan despiertos por la noche tramando planes pecaminosos. Sus acciones nunca son buenas; no hacen ningún intento por alejarse del mal.


Luego Ester volvió a presentarse ante el rey, cayó a sus pies y le suplicó con lágrimas que detuviera el plan siniestro que Amán, el agagueo, había conspirado contra los judíos.


Habrá calamidad tras calamidad; un rumor seguirá a otro rumor. En vano buscarán una visión de los profetas. No recibirán enseñanza de los sacerdotes ni consejo de los líderes.


¿Quién es este perverso consejero tuyo que maquina el mal contra el Señor?


Tu amor inagotable, oh Señor, es tan inmenso como los cielos; tu fidelidad sobrepasa las nubes.


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