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Ezequiel 1:24 - Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Cuando volaban, el ruido de las alas me sonaba como olas que rompen contra la costa o la voz del Todopoderoso o los gritos de un potente ejército. Cuando se detuvieron, bajaron las alas.

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Biblia Reina Valera 1960

24 Y oí el sonido de sus alas cuando andaban, como sonido de muchas aguas, como la voz del Omnipotente, como ruido de muchedumbre, como el ruido de un ejército. Cuando se paraban, bajaban sus alas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Oí entonces el ruido de sus alas, como el ruido de aguas caudalosas, como la voz del Dios Todopoderoso. Cuando caminaban se sentía un ruido como de tempestad, como el estruendo de una multitud; cuando se detenían replegaban sus alas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Cuando avanzaban, oía el ruido de sus alas como el estruendo de aguas caudalosas, como la voz de Shadday, ruido tumultuoso como el fragor de un ejército. Al detenerse, sus alas se plegaban.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Oí el ruido de sus alas cuando andaban: era como el fragor de aguas abundantes, como la voz de Sadday; un estruendo de multitudes como el estruendo de una batalla. Cuando se paraban, replegaban sus alas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

24 Y oí el ruido de sus alas cuando andaban, como el estruendo de muchas aguas, como la voz del Omnipotente, como la voz de un discurso, como el ruido de un ejército. Cuando se paraban, bajaban sus alas.

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Ezequiel 1:24
12 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

De pronto, la gloria del Dios de Israel apareció desde el oriente. El sonido de su venida era como el rugir de aguas torrentosas y todo el paisaje resplandeció con su gloria.


Su cuerpo tenía el aspecto de una piedra preciosa. Su cara destellaba como un rayo y sus ojos ardían como antorchas. Sus brazos y sus pies brillaban como el bronce pulido y su voz era como el bramido de una enorme multitud.


Los pies eran como bronce pulido refinado en un horno, y su voz tronaba como potentes olas del mar.


Entonces volví a oír algo que parecía el grito de una inmensa multitud o el rugido de enormes olas del mar o el estruendo de un potente trueno, que decían: «¡Alabado sea el Señor! Pues el Señor nuestro Dios, el Todopoderoso, reina.


Canten al que cabalga por los cielos antiguos; su poderosa voz truena desde los cielos.


El Señor retumbó desde el cielo; la voz del Altísimo resonó en medio del granizo y de los carbones encendidos.


Escucha con atención el estruendo de la voz de Dios cuando retumba de su boca.


El sonido de las alas de los querubines sonaban como la voz del Dios Todopoderoso y podía oírse hasta en el atrio exterior.


Pues el Señor había hecho que el ejército arameo escuchara el traqueteo de carros de guerra a toda velocidad, el galope de caballos y los sonidos de un gran ejército que se acercaba. Por eso se gritaron unos a otros: «¡El rey de Israel ha contratado a los hititas y a los egipcios para que nos ataquen!».


Era el sonido de las alas de los seres vivientes al rozarse unas con otras y el retumbar de las ruedas debajo de ellos.


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