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Éxodo 9:34 - Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Al ver el faraón que la lluvia, el granizo y los truenos habían cesado, él y sus funcionarios pecaron de nuevo, y el faraón se puso terco una vez más.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Y viendo Faraón que la lluvia había cesado, y el granizo y los truenos, se obstinó en pecar, y endurecieron su corazón él y sus siervos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Pero, al ver Faraón que habían cesado la lluvia y el granizo, volvió a pecar,

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Pero cuando Faraón vio que la lluvia, el granizo y los truenos habían cesado, siguió pecando y se obstinó en su corazón, tanto él como sus siervos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Cuando el Faraón vio que había cesado la lluvia, y también el granizo y los truenos, volvió a pecar endureciendo su corazón, tanto él como sus servidores.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

34 Y viendo Faraón que la lluvia había cesado y el granizo y los truenos, perseveró en pecar, y endureció su corazón, él y sus siervos.

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Éxodo 9:34
11 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Luego el Señor le dijo a Moisés: «El corazón del faraón es obstinado, y todavía se niega a dejar salir al pueblo.


Cuando no se castiga enseguida un delito, la gente siente que no hay peligro en cometer maldades.


También se rebeló contra el rey Nabucodonosor, a pesar de que había hecho un juramento de lealtad en nombre de Dios. Sedequías era un hombre duro y terco, y rehusó volverse al Señor, Dios de Israel.


pero a diferencia de su padre, no se humilló ante el Señor, sino que Amón pecó aún más.


Aun durante este tiempo de dificultades, el rey Acaz siguió rechazando al Señor.


Pero cuando el faraón vio que había alivio, se puso terco y se negó a escuchar a Moisés y a Aarón, tal como el Señor había dicho.


El Señor le dijo a Moisés: «Cuando llegues a Egipto, preséntate ante el faraón y haz todos los milagros que te he dado el poder de realizar. Pero yo le endureceré el corazón, y él se negará a dejar salir al pueblo.


Entonces Moisés se fue del palacio del faraón y salió de la ciudad. Cuando elevó sus manos al Señor, los truenos y el granizo cesaron, y se detuvo la lluvia.


Como tenía el corazón endurecido, el faraón se negó a dejar salir al pueblo, tal como el Señor había dicho por medio de Moisés.


No sean tercos y rebeldes como lo fueron faraón y los egipcios. Cuando Dios terminó con ellos, estaban deseosos de dejar ir a Israel.


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