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Éxodo 40:38 - Biblia Nueva Traducción Viviente

38 Durante el día, la nube del Señor quedaba en el aire sobre el tabernáculo y, durante la noche, resplandecía fuego dentro de ella, de modo que toda la familia de Israel podía ver la nube. Eso mismo ocurrió durante todos sus viajes.

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Biblia Reina Valera 1960

38 Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

38 Porque la Nube de Yavé descansaba sobre la Morada durante el día a la vista de todo el pueblo de Israel, y durante la noche había fuego. Así sucedió a lo largo de su trayecto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

38 porque la nube de YHVH permanecía de día sobre el Tabernáculo, y de noche había fuego en él, a la vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

38 Pues la nube de Yahveh se posaba de día sobre el santuario y durante la noche se hacía de fuego a la vista de toda la casa de Israel. Así todo el tiempo que duraron sus desplazamientos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

38 Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche en él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas.

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Éxodo 40:38
10 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Durante el día los guiaba con una nube, y toda la noche, con una columna de fuego.


El día que se armó el tabernáculo, la nube lo cubrió. Pero desde la tarde hasta el amanecer la nube que cubría el tabernáculo tomaba la apariencia de una columna de fuego.


El Señor iba delante de ellos, y los guiaba durante el día mediante una columna de nube y les daba luz durante la noche con una columna de fuego. Esto les permitía viajar de día y de noche.


El Señor desplegó una nube sobre ellos para que los cubriera y les dio un gran fuego para que iluminara la oscuridad.


No dejará nada del cordero para el día siguiente, ni quebrará ninguno de sus huesos, y debe seguir todas las ordenanzas de rigor acerca de la Pascua.


El Señor nunca quitó de su lugar, delante de ellos, la columna de nube ni la columna de fuego.


De esta manera ocurría siempre: por la noche la nube que cubría el tabernáculo tomaba la apariencia de fuego.


Cada día, mientras continuaban su viaje, la nube del Señor se mantenía en el aire sobre ellos.


Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta hoy, nunca he vivido en una casa. Siempre fui de un lugar a otro con una carpa y un tabernáculo como mi morada.


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