Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Éxodo 40:34 - Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Entonces la nube cubrió el tabernáculo, y la gloria del Señor llenó el tabernáculo.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

34 Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Entonces la Nube vino a cubrir la Tienda de las Citas y la Gloria de Yavé llenó la Morada.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

34 Entonces la nube cubrió la Tienda de Reunión, y la gloria de YHVH llenó el Tabernáculo.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Entonces la nube cubrió la tienda del encuentro y la gloria de Yahveh llenó el santuario,

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

34 Entonces una nube cubrió el tabernáculo de la congregación, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Éxodo 40:34
28 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El templo se llenó del humo de la gloria y el poder de Dios. Nadie podía entrar en el templo hasta que los siete ángeles terminaran de derramar las siete plagas.


Los sacerdotes no podían entrar en el templo del Señor porque la gloriosa presencia del Señor lo llenaba.


Me reuniré allí con el pueblo de Israel, en el lugar que se hace sagrado por mi gloriosa presencia.


Pero poco antes del amanecer, el Señor miró al ejército egipcio desde la columna de fuego y de nube, y causó gran confusión en sus fuerzas de combate.


El Señor le dijo a Moisés: «Advierte a tu hermano Aarón que no entre cuando quiera en el Lugar Santísimo que está detrás de la cortina interior; si lo hace, morirá. Pues allí está la tapa del arca —el lugar de la expiación—, y yo mismo estoy presente en la nube que está sobre la tapa de la expiación.


Cuando Moisés entraba en la carpa, la columna de nube descendía y se quedaba en el aire a la entrada mientras el Señor hablaba con Moisés.


Oí una fuerte voz que salía del trono y decía: «¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos.


La futura gloria de este templo será mayor que su pasada gloria, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, y en este lugar, traeré paz. ¡Yo, el Señor de los Ejércitos Celestiales, he hablado!”».


Haré temblar a todas las naciones y traerán los tesoros de todas las naciones a este templo. Llenaré este lugar de gloria, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.


Sus voces sacudían el templo hasta los cimientos, y todo el edificio estaba lleno de humo.


Los trompetistas y los cantores se unieron para alabar y dar gracias al Señor. Al son de trompetas, címbalos y otros instrumentos, elevaron sus voces y alabaron al Señor con las siguientes palabras: «¡Él es bueno! ¡Su fiel amor perdura para siempre!». En ese momento una densa nube llenó el templo del Señor.


»Haz que los israelitas me construyan un santuario para que yo habite en medio de ellos.


Ellos son el pueblo de Israel, elegidos para ser los hijos adoptivos de Dios. Él les reveló su gloria, hizo pactos con ellos y les entregó su ley. Les dio el privilegio de adorarlo y de recibir sus promesas maravillosas.


Cada vez que Moisés entraba en el tabernáculo para hablar con el Señor, Moisés oía la voz que le hablaba de entre los dos querubines que estaban sobre la tapa del arca —el lugar de la expiación— que está sobre el arca del pacto. Desde ahí el Señor le hablaba a Moisés.


Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta hoy, nunca he vivido en una casa. Siempre fui de un lugar a otro con una carpa y un tabernáculo como mi morada.


Entonces la gloria del Señor se elevó por encima de los querubines y se dirigió hacia la entrada del templo. El templo se llenó con esa nube de gloria y el atrio resplandeció con la gloria del Señor.


Mientras Aarón hablaba a toda la comunidad de Israel, miraron hacia el desierto, y allí pudieron ver la imponente gloria del Señor en la nube.


Amo tu santuario, Señor, el lugar donde habita tu gloriosa presencia.


El Alto y Majestuoso que vive en la eternidad, el Santo, dice: «Yo vivo en el lugar alto y santo con los de espíritu arrepentido y humilde. Restauro el espíritu destrozado del humilde y reavivo el valor de los que tienen un corazón arrepentido.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម