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Éxodo 1:12 - Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Sin embargo, cuanto más los oprimían, más los israelitas se multiplicaban y se esparcían, y tanto más se alarmaban los egipcios.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Pero cuanto más los oprimían, tanto más crecían y se multiplicaban, de tal modo que la gente ya no soportaba a los israelitas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y esparcían, hasta que llegaron a sentir aversión por los hijos de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Pero cuanto más los oprimían, tanto más crecía su número y se propagaban, de suerte que los egipcios llegaron a temer a los israelitas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían; así que ellos estaban fastidiados de los hijos de Israel.

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Éxodo 1:12
17 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y el Señor multiplicó a los israelitas hasta que llegaron a ser más poderosos que sus enemigos.


El rey le dijo a su pueblo: «Miren, el pueblo de Israel ahora es más numeroso y más fuerte que nosotros.


Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.


Entonces los fariseos se dijeron unos a otros: «Ya no hay nada que podamos hacer. ¡Miren, todo el mundo se va tras él!».


Te aseguro que el resentimiento destruye al necio, y los celos matan al ingenuo.


El enojo es cruel, y la ira es como una inundación, pero los celos son aún más peligrosos.


No hay sabiduría humana ni entendimiento ni proyecto que puedan hacerle frente al Señor.


Pero sus descendientes —los israelitas— tuvieron muchos hijos y nietos. De hecho, se multiplicaron tanto que llegaron a ser sumamente poderosos y llenaron todo el territorio.


Por eso Dios fue bueno con las parteras, y los israelitas siguieron multiplicándose, y se hicieron cada vez más poderosos.


—Yo soy Dios, el Dios de tu padre —dijo la voz—. No tengas temor de descender a Egipto, porque allí haré de tu familia una gran nación.


Entonces cuando el pueblo de Moab vio que los israelitas eran muchos, se aterró.


»En la presencia del Señor tu Dios tendrás que decir: “Mi antepasado Jacob era un arameo errante que fue a vivir como extranjero a Egipto. Su familia era poco numerosa cuando llegó, pero en Egipto creció hasta volverse una nación grande y poderosa.


Hiciste que sus descendientes fueran tan numerosos como las estrellas del cielo y los llevaste a la tierra que habías prometido a sus antepasados.


¡Cuánto los bendice! Allí crían familias numerosas y sus manadas de animales aumentan.


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