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Esdras 7:9 - Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Había hecho arreglos para partir de Babilonia el 8 de abril, el primer día del nuevo año, y llegó a Jerusalén el 4 de agosto, pues la bondadosa mano de su Dios estaba sobre él.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Porque el día primero del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, estando con él la buena mano de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Había iniciado su salida de Babilonia el día primero del primer mes, y llegó a Jerusalén el día primero del quinto mes con la ayuda de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Porque el primero del mes primero había sido el inicio del retorno° de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalem, según la bondadosa mano de su Dios sobre él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Se había puesto en camino desde Babilonia el día primero del mes primero, y entró en Jerusalén el día primero del mes quinto. La mano bondadosa de su Dios estaba con él,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Porque el día primero del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, según la buena mano de su Dios sobre él.

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Esdras 7:9
11 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Este Esdras era un escriba muy instruido en la ley de Moisés, la cual el Señor, Dios de Israel, había dado al pueblo de Israel. Él subió de Babilonia a Jerusalén, y el rey le dio todo lo que pidió, porque la bondadosa mano del Señor su Dios estaba sobre él.


Además, le ruego que me dé una carta dirigida a Asaf, el encargado del bosque del rey, con instrucciones de suministrarme madera. La necesitaré para hacer vigas para las puertas de la fortaleza del templo, para las murallas de la ciudad y para mi propia casa. Entonces el rey me concedió estas peticiones porque la bondadosa mano de Dios estaba sobre mí.


Después les conté cómo la bondadosa mano de Dios estaba sobre mí, y acerca de mi conversación con el rey. De inmediato contestaron: —¡Sí, reconstruyamos la muralla! Así que comenzaron la buena obra.


Esdras llegó a Jerusalén en agosto de ese año.


Pues me dio vergüenza pedirle al rey soldados y jinetes que nos acompañaran y nos protegieran de los enemigos durante el viaje. Después de todo, ya le habíamos dicho al rey que «la mano protectora de nuestro Dios está sobre todos los que lo adoran, pero su enojo feroz se desata contra quienes lo abandonan».


El 19 de abril, levantamos el campamento junto al canal de Ahava y nos dirigimos a Jerusalén. La bondadosa mano de nuestro Dios nos protegió y nos salvó de enemigos y bandidos a lo largo del camino.


Cuando vean estas cosas, su corazón se alegrará. Florecerán como la hierba. Todos verán la mano de bendición del Señor sobre sus siervos, y su ira contra sus enemigos.


¡Y alábenlo, porque me demostró tal amor inagotable al honrarme delante del rey, sus consejeros y todos sus poderosos nobles! Me sentí alentado, porque la bondadosa mano del Señor mi Dios estuvo sobre mí. Así que reuní a algunos de los líderes de Israel para que regresaran conmigo a Jerusalén.


Como la bondadosa mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, nos enviaron a un hombre llamado Serebías junto con dieciocho de sus hijos y hermanos. Serebías era muy sagaz, un descendiente de Mahli, quien era descendiente de Leví, hijo de Israel.


Así que llegamos a salvo a Jerusalén, donde descansamos tres días.


Entonces jamás volveremos a abandonarte. Revívenos para que podamos invocar tu nombre una vez más.


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