Efesios 3:21 - Biblia Nueva Traducción Viviente

²¹ ¡Gloria a él en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones desde hoy y para siempre! Amén.

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Biblia Reina Valera 1960

²¹ a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²¹ a él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones y todos los tiempos. Amén.

La Biblia Textual 3a Edicion

²¹ a Él sea° la gloria en la iglesia y en Jesús el Mesías, por todas las generaciones de todas las edades, por los siglos, amén.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²¹ a él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²¹ a Él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús, por todas las edades, por siempre jamás. Amén.

Efesios 3:21 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Judas 1:25

Que toda la gloria sea para él, quien es el único Dios, nuestro Salvador por medio de Jesucristo nuestro Señor. ¡Toda la gloria, la majestad, el poder y la autoridad le pertenecen a él desde antes de todos los tiempos, en el presente y por toda la eternidad! Amén.

Romanos 11:36

Pues todas las cosas provienen de él y existen por su poder y son para su gloria. ¡A él sea toda la gloria por siempre! Amén.

2 Pedro 3:18

En cambio, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea toda la gloria ahora y para siempre! Amén.

1 Pedro 5:11

¡A él sea todo el poder para siempre! Amén.

Isaías 6:3

Se decían unos a otros: «¡Santo, santo, santo es el Señor de los Ejércitos Celestiales! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!».

1 Crónicas 29:11

Tuyos, oh Señor, son la grandeza, el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Todo lo que hay en los cielos y en la tierra es tuyo, oh Señor, y este es tu reino. Te adoramos como el que está por sobre todas las cosas.

Salmos 72:19

¡Alaben su glorioso nombre por siempre! Que toda la tierra se llene de su gloria. ¡Amén y amén!

Filipenses 4:20

¡Toda la gloria sea a Dios nuestro Padre por siempre y para siempre! Amén.

Romanos 16:27

Toda la gloria sea para el único sabio Dios eternamente por medio de Jesucristo. Amén.

1 Pedro 2:5

Y ustedes son las piedras vivas con las cuales Dios edifica su templo espiritual. Además, son sacerdotes santos. Por la mediación de Jesucristo, ustedes ofrecen sacrificios espirituales que agradan a Dios.

Isaías 42:12

Que el mundo entero glorifique al Señor; que cante su alabanza.

Hebreos 13:21

los capacite con todo lo que necesiten para hacer su voluntad. Que él produzca en ustedes, mediante el poder de Jesucristo, todo lo bueno que a él le agrada. ¡A él sea toda la gloria por siempre y para siempre! Amén.

Filipenses 2:11

y toda lengua declare que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre.

Gálatas 1:5

¡A Dios sea toda la gloria por siempre y para siempre! Amén.

2 Timoteo 4:18

Así es, y el Señor me librará de todo ataque maligno y me llevará a salvo a su reino celestial. ¡A Dios sea toda la gloria por siempre y para siempre! Amén.

Filipenses 1:11

Que estén siempre llenos del fruto de la salvación —es decir, el carácter justo que Jesucristo produce en su vida— porque esto traerá mucha gloria y alabanza a Dios.

Efesios 1:6

De manera que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a su Hijo amado.

Lucas 2:14

«Gloria a Dios en el cielo más alto y paz en la tierra para aquellos en quienes Dios se complace».

Salmos 115:1

No a nosotros, oh Señor, no a nosotros, sino a tu nombre le corresponde toda la gloria, por tu amor inagotable y tu fidelidad.

Efesios 2:7

De modo que, en los tiempos futuros, Dios puede ponernos como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la bondad que nos tuvo, como se ve en todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a Cristo Jesús.

Mateo 6:13

No permitas que cedamos ante la tentación, sino rescátanos del maligno.

Efesios 4:1

Por lo tanto, yo, prisionero por servir al Señor, les suplico que lleven una vida digna del llamado que han recibido de Dios, porque en verdad han sido llamados.