Efesios 2:18 - Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁸ Ahora todos podemos tener acceso al Padre por medio del mismo Espíritu Santo gracias a lo que Cristo hizo por nosotros.

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Biblia Reina Valera 1960

¹⁸ porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁸ Y por él los dos pueblos llegamos al Padre en un mismo Espíritu.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁸ pues por medio de Él, los unos y los otros tenemos derecho a entrar por un mismo Espíritu al Padre.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁸ porque por medio de él los unos y los otros tenemos acceso, en un solo Espíritu, al Padre.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁸ porque por medio de Él ambos tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

Efesios 2:18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Efesios 3:12

Gracias a Cristo y a nuestra fe en él, podemos entrar en la presencia de Dios con toda libertad y confianza.

1 Corintios 12:13

Entre nosotros hay algunos que son judíos y otros que son gentiles; algunos son esclavos, y otros son libres. Pero todos fuimos bautizados en un solo cuerpo por un mismo Espíritu, y todos compartimos el mismo Espíritu.

Romanos 5:2

Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en este lugar de privilegio inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos con confianza y alegría participar de la gloria de Dios.

Efesios 4:4

Pues hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, tal como ustedes fueron llamados a una misma esperanza gloriosa para el futuro.

Juan 14:6

Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.

Juan 10:9

Yo soy la puerta; los que entren a través de mí serán salvos. Entrarán y saldrán libremente y encontrarán buenos pastos.

Juan 10:7

entonces les dio la explicación: «Les digo la verdad, yo soy la puerta de las ovejas.

Colosenses 1:12

y den siempre gracias al Padre. Él los hizo aptos para que participen de la herencia que pertenece a su pueblo, el cual vive en la luz.

Gálatas 4:6

y debido a que somos sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre».

Romanos 8:15

Y ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando él los adoptó como sus propios hijos. Ahora lo llamamos «Abba, Padre».

1 Pedro 3:18

Cristo sufrió por nuestros pecados una sola vez y para siempre. Él nunca pecó, en cambio, murió por los pecadores para llevarlos a salvo con Dios. Sufrió la muerte física, pero volvió a la vida en el Espíritu.

Efesios 6:18

Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes.

1 Corintios 8:6

Pero para nosotros: Hay un Dios, el Padre, por quien todas las cosas fueron creadas y para quien vivimos; y hay un Señor, Jesucristo, por medio de quien todas las cosas fueron creadas y por medio de quien vivimos.

Hebreos 7:19

Pues la ley nunca perfeccionó nada, pero ahora confiamos en una mejor esperanza por la cual nos acercamos a Dios.

Efesios 3:14

Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre,

Zacarías 12:10

»Entonces derramaré un espíritu de gracia y oración sobre la familia de David y sobre los habitantes de Jerusalén. Me mirarán a mí, a quien atravesaron, y harán duelo por él como por un hijo único. Se lamentarán amargamente como quien llora la muerte de un primer hijo varón.

Judas 1:20

Pero ustedes, queridos amigos, deben edificarse unos a otros en su más santísima fe, orar en el poder del Espíritu Santo

1 Pedro 1:21

Por medio de Cristo, han llegado a confiar en Dios. Y han puesto su fe y su esperanza en Dios, porque él levantó a Cristo de los muertos y le dio una gloria inmensa.

1 Pedro 1:17

Recuerden que el Padre celestial, a quien ustedes oran, no tiene favoritos. Él los juzgará o los recompensará según lo que hagan. Así que tienen que vivir con un reverente temor de él durante su estadía aquí como «residentes temporales».

Mateo 28:19

Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Santiago 3:9

A veces alaba a nuestro Señor y Padre, y otras veces maldice a quienes Dios creó a su propia imagen.