Eclesiastés 2:1 - Biblia Nueva Traducción Viviente

¹ Me dije: «Vamos, probemos los placeres. ¡Busquemos “las cosas buenas” de la vida!»; pero descubrí que eso también carecía de sentido.

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Biblia Reina Valera 1960

¹ Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹ Me dije: '¡Vamos, encontremos la alegría, y que yo pruebe la felicidad!' Pero eso también no es más que un viento.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹ Dije en mi corazón: ¡Ven pues, te probaré con el placer! ¡Prueba la felicidad! Pero he aquí también esto era vanidad.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹ Entonces me dije: '¡Voy a probar la alegría, a gustar el placer!'. Pero también eso es vanidad.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹ Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás del placer. Mas he aquí esto también era vanidad.

Eclesiastés 2:1 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Lucas 12:19

Luego me pondré cómodo y me diré a mí mismo: ‘Amigo mío, tienes almacenado para muchos años. ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete!’”.

Eclesiastés 8:15

Entonces sugiero que se diviertan, ya que en este mundo no hay nada mejor para la gente que comer, beber y disfrutar de la vida. De ese modo, tendrán algo de felicidad junto con todo el arduo trabajo que Dios les da bajo el sol.

Santiago 5:5

Sus años sobre la tierra los han pasado con lujos, satisfaciendo todos y cada uno de sus deseos. Se han dejado engordar para el día de la matanza.

Santiago 5:1

Presten atención, ustedes los ricos: lloren y giman con angustia por todas las calamidades que les esperan.

Salmos 27:8

Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, Señor».

Santiago 4:13

Presten atención, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y nos quedaremos un año. Haremos negocios allí y ganaremos dinero».

Tito 3:3

En otro tiempo nosotros también éramos necios y desobedientes. Fuimos engañados y nos convertimos en esclavos de toda clase de pasiones y placeres. Nuestra vida estaba llena de maldad y envidia, y nos odiábamos unos a otros.

Lucas 16:19

Jesús dijo: «Había un hombre rico que se vestía con gran esplendor en púrpura y lino de la más alta calidad y vivía rodeado de lujos.

Isaías 50:11

Pero tengan cuidado, ustedes que viven en su propia luz, y que se calientan en su propia fogata. Esta es la recompensa que recibirán de mí: pronto caerán en gran tormento.

Isaías 50:5

El Señor Soberano me habló, y yo lo escuché; no me he rebelado, ni me he alejado.

Eclesiastés 11:9

Gente joven: ¡la juventud es hermosa! Disfruten de cada momento de ella. Hagan todo lo que quieran hacer, ¡no se pierdan nada! Pero recuerden que tendrán que rendirle cuentas a Dios de cada cosa que hagan.

Eclesiastés 7:4

El que es sabio piensa mucho en la muerte, mientras que el necio solo piensa en divertirse.

Eclesiastés 2:15

los dos mueren. Así que me dije: «Ya que voy a terminar igual que el necio, ¿de qué vale toda mi sabiduría? ¡Nada de eso tiene sentido!».

Salmos 14:1

Solo los necios dicen en su corazón: «No hay Dios». Ellos son corruptos y sus acciones son malas; ¡no hay ni uno solo que haga lo bueno!

Salmos 10:6

Piensan: «¡Jamás nos sucederá algo malo! ¡Estaremos para siempre sin problemas!».

2 Reyes 5:5

«Ve a visitar al profeta —le dijo el rey de Aram—. Te daré una carta de presentación para que se la lleves al rey de Israel». Entonces Naamán emprendió viaje y llevaba de regalo trescientos cuarenta kilos de plata, sesenta y ocho kilos de oro, y diez mudas de ropa.

Génesis 11:7

Vamos a bajar a confundirlos con diferentes idiomas; así no podrán entenderse unos a otros».

Lucas 16:23

y fue al lugar de los muertos. Allí, en medio del tormento, vio a Abraham a lo lejos con Lázaro junto a él.

Isaías 5:5

Déjenme decirles ahora lo que haré con mi viña: echaré abajo sus cercos y dejaré que se destruya. Derrumbaré sus muros y dejaré que los animales la pisoteen.

Proverbios 14:13

La risa puede ocultar un corazón afligido, pero cuando la risa termina, el dolor permanece.

Eclesiastés 2:10

Todo lo que quise lo hice mío; no me negué ningún placer. Hasta descubrí que me daba gran satisfacción trabajar mucho, la recompensa de toda mi labor;

Eclesiastés 2:25

Pues, ¿quién puede comer o disfrutar de algo separado de él?