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Deuteronomio 9:4 - Biblia Nueva Traducción Viviente

4 »Después de que el Señor tu Dios haya hecho eso por ti, no digas en tu corazón: “¡El Señor nos ha dado esta tierra porque somos muy buena gente!”. No, no es así. Es por la perversión de las otras naciones que él las quita de tu camino.

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Biblia Reina Valera 1960

4 No pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones Jehová las arroja de delante de ti.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Cuando Yavé, tu Dios, los haya deshecho en tu presencia, no pienses así: 'Yo merecía que Yavé me lleve a esta tierra y me la dé. Más bien desalojó Yavé a esas naciones a causa de su maldad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Cuando YHVH tu Dios los eche de tu presencia, no pienses en tu corazón, diciendo: Por mi justicia me introdujo YHVH para poseer esta tierra; porque debido a la perversidad de estas naciones es que YHVH las expulsa de delante de ti.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 No digas luego en tu corazón, cuando Yahveh, tu Dios, los haya arrojado de tu presencia: 'Por mis méritos me ha hecho entrar Yahveh en posesión de ese país', pues ha sido Yahveh quien ha arrojado delante de ti a esas naciones a causa de su perversidad.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 No discurras en tu corazón cuando Jehová tu Dios los habrá echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha metido Jehová a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones Jehová las echa de delante de ti.

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Deuteronomio 9:4
20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Todo esto lo hizo para que nunca se te ocurriera pensar: “He conseguido toda esta riqueza con mis propias fuerzas y energías”.


Pues Dios nos salvó y nos llamó para vivir una vida santa. No lo hizo porque lo mereciéramos, sino porque ese era su plan desde antes del comienzo del tiempo, para mostrarnos su gracia por medio de Cristo Jesús;


No es porque seas tan bueno o porque tengas tanta integridad que estás a punto de poseer la tierra de ellas. El Señor tu Dios expulsará a esas naciones de tu paso a causa de la perversidad de ellas y para cumplir el juramento que les hizo a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.


Pues, ¿qué derecho tienen a juzgar así? ¿Qué tienen que Dios no les haya dado? Y si todo lo que tienen proviene de Dios, ¿por qué se jactan como si no fuera un regalo?


y como es mediante la bondad de Dios, entonces no es por medio de buenas acciones. Pues, en ese caso, la gracia de Dios no sería lo que realmente es: gratuita e inmerecida.


Tú no adorarás al Señor tu Dios de la manera que las otras naciones rinden culto a sus dioses, llevando a cabo en honor de ellos toda clase de actos detestables que el Señor odia. Hasta sacrifican a sus hijos y a sus hijas en el fuego como ofrenda a sus dioses.


Cuando hayan pasado cuatro generaciones, tus descendientes regresarán aquí, a esta tierra, porque los pecados de los amorreos no ameritan aún su destrucción».


Tengo la conciencia limpia, pero eso no demuestra que yo tenga razón. Es el Señor mismo quien me evaluará y tomará la decisión.


Es cierto, pero recuerda: esas ramas fueron arrancadas porque no creyeron en Cristo, y tú estás allí porque sí crees. Así que no te consideres tan importante, más bien teme lo que podría suceder.


Sin embargo, recuerden, dice el Señor Soberano, que no lo hago porque lo merezcan. ¡Oh Israel, pueblo mío, ustedes deberían estar totalmente avergonzados por todo lo que hicieron!


»Por lo tanto, da este mensaje a los israelitas de parte del Señor Soberano: “Los llevaré de regreso a su tierra, pero no porque lo merezcan, sino para proteger mi santo nombre, que deshonraron mientras estaban esparcidos entre las naciones.


no se comporten como la gente de Egipto, donde ustedes vivían, o como la gente de Canaán, adonde los llevo. No deberán imitar su estilo de vida.


»Recuerda y no olvides jamás cómo hiciste enojar al Señor tu Dios en el desierto. Desde el día que saliste de Egipto hasta ahora, vienes rebelándote constantemente contra él.


Así es, vienen rebelándose contra el Señor desde que los conozco.


Pues yo sé lo rebeldes y tercos que son. Incluso ahora que todavía sigo vivo y estoy con ustedes, se han rebelado contra el Señor. ¡Cuánto más rebeldes se pondrán después de mi muerte!


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