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Deuteronomio 7:8 - Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Más bien, fue sencillamente porque el Señor te ama y estaba cumpliendo el juramento que les había hecho a tus antepasados. Por eso te rescató con mano poderosa de la esclavitud y de la mano opresiva del faraón, rey de Egipto.

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Biblia Reina Valera 1960

8 sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Más bien te ha elegido por el amor que te tiene y para cumplir el juramento hecho a tus padres. Por eso Yavé, con mano firme, te sacó de la esclavitud y del poder de Faraón, rey de Egipto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 sino que por el puro amor de YHVH a vosotros, por mantener el juramento que juró a vuestros padres, os sacó YHVH con mano fuerte y os redimió de la casa de esclavitud, del dominio de Faraón, rey de Egipto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 sino porque Yahveh os amó y porque quiso guardar el juramento que hizo a vuestros padres; por eso os sacó Yahveh de Egipto con mano poderosa y os rescató de la casa de la esclavitud, de la mano del Faraón, rey de Egipto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 mas porque Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano fuerte, y os ha rescatado de casa de servidumbre, de la mano de Faraón, rey de Egipto.

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Deuteronomio 7:8
44 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

«Yo soy el Señor tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo.


Hace tiempo el Señor le dijo a Israel: «Yo te he amado, pueblo mío, con un amor eterno. Con amor inagotable te acerqué a mí.


Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob. Tú mismo te comprometiste con ellos bajo juramento diciendo: “Haré que sus descendientes sean tan numerosos como las estrellas del cielo, y entregaré a sus descendientes toda esta tierra que prometí darles, y ellos la poseerán para siempre”.


Entregué a otros a cambio de ti. Cambié la vida de ellos por la tuya, porque eres muy precioso para mí. Recibes honra, y yo te amo.


Sin embargo, el Señor eligió a tus antepasados para darles su amor. Y a ti, que eres su descendencia, te eligió de entre todas las naciones, como se ve hoy.


»En el futuro, sus hijos les preguntarán: “¿Qué significa todo esto?”, y ustedes les dirán: “Con la fuerza de su mano poderosa, el Señor nos sacó de Egipto, donde éramos esclavos.


Entonces Moisés dijo a los israelitas: «Este es un día para recordar por siempre: es el día que salieron de Egipto, donde eran esclavos. Hoy el Señor los sacó con la fuerza de su mano poderosa. (Recuerden no comer nada que contenga levadura).


Pues lo prometió a nuestros antepasados, a Abraham y a sus descendientes para siempre.


Sí, Padre, ¡te agradó hacerlo de esa manera!


Pues el Señor tu Dios vive en medio de ti. Él es un poderoso salvador. Se deleitará en ti con alegría. Con su amor calmará todos tus temores. Se gozará por ti con cantos de alegría».


Pues recordó la promesa sagrada que le había hecho a su siervo Abraham.


No fue con sus espadas que conquistaron la tierra, ni sus brazos fuertes les dieron la victoria. Fueron tu mano derecha y tu brazo fuerte y la luz cegadora de tu rostro que los ayudaron, porque los amabas.


Me condujo a un lugar seguro; me rescató porque en mí se deleita.


El Señor no abandonará a su pueblo, porque eso traería deshonra a su gran nombre. Pues le agradó al Señor hacerlos su pueblo.


Debido a que él amó a tus antepasados, quiso bendecir a sus descendientes, así que él mismo te sacó de Egipto con un gran despliegue de poder.


¿Existe algún otro dios que se haya atrevido a sacar a una nación de otra nación y hacerla suya con mano fuerte y brazo poderoso por medio de pruebas, señales asombrosas, milagros, guerras, y hechos aterradores? Eso fue precisamente lo que el Señor tu Dios hizo por ti en Egipto, frente a tus propios ojos.


Recuerden que el Señor su Dios los rescató de ese horno de fundir hierro que es Egipto, para convertirlos en su propio pueblo y en su posesión más preciada, y eso es lo que ahora son.


Nos amamos unos a otros, porque él nos amó primero.


Muchos del pueblo de Israel ahora son enemigos de la Buena Noticia, y eso los beneficia a ustedes, los gentiles. Sin embargo, ellos todavía son el pueblo que Dios ama, porque él eligió a los antepasados Abraham, Isaac y Jacob.


Como Lot todavía titubeaba, los ángeles lo agarraron de la mano, y también a su esposa y a sus dos hijas, y los llevaron enseguida a un lugar seguro fuera de la ciudad, porque el Señor tuvo misericordia de ellos.


Pero Dios había escuchado la petición de Abraham y salvó la vida de Lot, a quien sacó del desastre que se tragó a las ciudades de la llanura.


»Por lo tanto, dile al pueblo de Israel: “Yo soy el Señor. Te libertaré de la opresión que sufres y te rescataré de tu esclavitud en Egipto. Te redimiré con mi brazo poderoso y con grandes actos de juicio.


Alabado sea el Señor tu Dios, quien se deleita en ti y te ha puesto en el trono como rey para que gobiernes para él. Debido a que Dios ama a Israel y desea que este reino permanezca para siempre, te ha hecho rey sobre ellos para que puedas gobernar con justicia y rectitud».


Cuando ellos sufrían, él también sufrió, y él personalmente los rescató. En su amor y su misericordia los redimió; los levantó y los tomó en brazos a lo largo de los años.


»Por lo tanto, da este mensaje a los israelitas de parte del Señor Soberano: “Los llevaré de regreso a su tierra, pero no porque lo merezcan, sino para proteger mi santo nombre, que deshonraron mientras estaban esparcidos entre las naciones.


Yo te saqué de Egipto y te redimí de la esclavitud. Envié a Moisés, a Aarón y a Miriam para ayudarte.


Nos mostrarás tu fidelidad y tu amor inagotable, como lo prometiste hace mucho tiempo a nuestros antepasados Abraham y Jacob.


«Yo siempre los he amado», dice el Señor. Sin embargo, ustedes replican: «¿De veras? ¿Cómo nos has amado?». Entonces el Señor contesta: «Yo les he demostrado mi amor de la siguiente manera: amé a su antepasado Jacob,


¡Miren, les doy toda esta tierra! Entren y tomen posesión de ella, porque es la tierra que el Señor juró dar a sus antepasados —Abraham, Isaac y Jacob— y a todos los descendientes de ellos”».


»Yo soy el Señor tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo.


Jamás en tu vida buscarás el bienestar ni la prosperidad de los amonitas ni de los moabitas.


Él ama verdaderamente a su pueblo; todos sus santos están en sus manos. Ellos siguen sus pasos y aceptan sus enseñanzas.


Alabado sea el Señor tu Dios, quien se deleita en ti y te ha puesto en el trono de Israel. Debido al amor eterno del Señor por Israel, él te ha hecho rey para que puedas gobernar con justicia y rectitud».


Es el pacto que hizo con Abraham y el juramento que le hizo a Isaac.


Tú eres mi Rey y mi Dios; tú decretas las victorias de Israel.


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