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Deuteronomio 6:7 - Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.

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Biblia Reina Valera 1960

7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 repíteselos a tus hijos, habla de ellos tanto en casa como cuando estés de viaje, cuando te acuestes y cuando te levantes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 y las inculcarás° a tus hijos, y hablarás de ellas sentado en tu casa, andando por el camino, al acostarte y al levantarte.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Las inculcarás a tus hijos y se las recitarás cuando estés en tu casa y cuando vayas de camino, cuando estés acostado y cuando estés levantado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa, y cuando andes por el camino, y cuando te acuestes, y cuando te levantes;

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Deuteronomio 6:7
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Enséñalas a tus hijos. Habla de ellas en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.


Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del Señor.


En cambio, adoren a Cristo como el Señor de su vida. Si alguien les pregunta acerca de la esperanza que tienen como creyentes, estén siempre preparados para dar una explicación;


Tú, tus hijos y tus nietos teman al Señor su Dios durante toda la vida. Si obedeces todos los decretos y los mandatos del Señor, disfrutarás de una larga vida.


No empleen un lenguaje grosero ni ofensivo. Que todo lo que digan sea bueno y útil, a fin de que sus palabras resulten de estímulo para quienes las oigan.


Yo lo escogí a fin de que él ordene a sus hijos y a sus familias que se mantengan en el camino del Señor haciendo lo que es correcto y justo. Entonces yo haré para Abraham todo lo que he prometido».


Cuando camines, su consejo te guiará. Cuando duermas, te protegerá. Cuando despiertes, te orientará.


Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón. Lo que uno dice brota de lo que hay en el corazón.


Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón.


Que sus conversaciones sean cordiales y agradables, a fin de que ustedes tengan la respuesta adecuada para cada persona.


Los labios del sabio dan buenos consejos; el corazón del necio no tiene nada para ofrecer.


Las palabras del justo animan a muchos, pero a los necios los destruye su falta de sentido común.


Entonces los que temían al Señor hablaron entre sí y el Señor escuchó lo que dijeron. En la presencia de él, escribieron un rollo de memorias para registrar los nombres de los que temían al Señor y siempre pensaban en el honor de su nombre.


La lengua de los sabios hace que el conocimiento sea atractivo, pero la boca de un necio escupe tonterías.


Y que los que pasan por allí se nieguen a darles esta bendición: «El Señor los bendiga; los bendecimos en el nombre del Señor».


A los reyes les hablaré de tu ley, y no me avergonzaré.


Entonces los ancianos y toda la gente que estaba en la puerta respondieron: —¡Somos testigos! ¡Que el Señor haga que esta mujer que va a ser parte de tu hogar sea como Raquel y Lea, de quienes descendió toda la nación de Israel! Que prosperes en Efrata y que seas famoso en Belén.


Los justos ofrecen buenos consejos; enseñan a diferenciar entre lo bueno y lo malo.


Que el Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas viniste a refugiarte, te recompense abundantemente por lo que hiciste.


Mientras estaba allí, llegó Booz de Belén y saludó a los cosechadores: —¡El Señor sea con ustedes! —les dijo. —¡El Señor lo bendiga! —respondieron los cosechadores.


Oh Dios, tú me has enseñado desde mi tierna infancia, y yo siempre les cuento a los demás acerca de tus hechos maravillosos.


Solo los vivos pueden alabarte como yo lo hago hoy. Cada generación le habla de tu fidelidad a la siguiente.


Sin embargo, los que vivieron antes que nosotros te enseñarán; te enseñarán la sabiduría de antaño.


Recité en voz alta todas las ordenanzas que nos has dado.


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