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Deuteronomio 33:17 - Biblia Nueva Traducción Viviente

17 José tiene la majestad de un toro joven; tiene los cuernos de un buey salvaje. Corneará a naciones lejanas hasta los extremos de la tierra. Esa es mi bendición para las multitudes de Efraín y los millares de Manasés».

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Biblia Reina Valera 1960

17 Como el primogénito de su toro es su gloria, Y sus astas como astas de búfalo; Con ellas acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra; Ellos son los diez millares de Efraín, Y ellos son los millares de Manasés.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 José es su toro primogénito: ¡gloria a él! Son sus cuernos, cuernos de búfalo, con los que hiere a todos los pueblos hasta los confines de la tierra. ¡Miren las muchedumbres de Efraím y los millares de Manasés!

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Como primogénito de buey sea su gloria, Dos cuernos de búfalo sean sus cuernos, Y acornee con ellos a las naciones, Todas a una, hasta los confines de la tierra. ¡Tales son las miríadas de Efraín! ¡Tales los millares de Manasés!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Su toro primogénito es su gloria, sus cuernos son cuernos de búfalo; con ellos acornea a los pueblos hasta todos los confines de la tierra. ¡Tales son las miríadas de Efraín, y tales los millares de Manasés!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Su gloria es como la del primogénito de su toro, y sus cuernos, cuernos de unicornio; con ellos acorneará a los pueblos juntos hasta los confines de la tierra; y estos son los diez millares de Efraín, y estos los millares de Manasés.

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Deuteronomio 33:17
27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Dios los sacó de Egipto; para ellos, él es tan fuerte como un buey salvaje.


Solo con tu poder hacemos retroceder a nuestros enemigos; solo en tu nombre podemos pisotear a nuestros adversarios.


Uno de los profetas llamado Sedequías, hijo de Quenaana, hizo unos cuernos de hierro y proclamó: —Esto dice el Señor: ¡Con estos cuernos cornearás a los arameos hasta matarlos!


Pero tú me has hecho fuerte como un buey salvaje; me has ungido con el mejor aceite.


Dios los sacó de Egipto; para ellos, él es tan fuerte como un buey salvaje. Él devora a las naciones que se le oponen, quiebra sus huesos en pedazos y las atraviesa con flechas.


Pero su padre se negó a hacerlo. —Ya lo sé, hijo mío, lo sé —respondió él—. Manasés también llegará a ser un gran pueblo, pero su hermano menor será aún más grande y de su descendencia se formarán una multitud de naciones.


»Yo quiero sanar a Israel, pero sus pecados son demasiado grandes. Samaria está llena de mentirosos. ¡Hay ladrones adentro y bandidos afuera!


«Oh Israel y Judá, ¿qué debo hacer con ustedes? —pregunta el Señor—. Pues su amor se desvanece como la niebla de la mañana y desaparece como el rocío a la luz del sol.


Yo sé cómo eres, oh Efraín. No puedes esconderte de mí, oh Israel. Me abandonaste como una prostituta deja a su esposo; estás totalmente contaminada.


Hasta morirán hombres tan fuertes como los bueyes salvajes, los jóvenes junto a los veteranos. La tierra quedará empapada en sangre y el suelo enriquecido con la grasa.


Hace brincar como terneras a las montañas del Líbano; hace saltar el monte Hermón como a un buey joven y salvaje.


Arrebátame de las fauces del león y de los cuernos de estos bueyes salvajes.


Uno de los profetas llamado Sedequías, hijo de Quenaana, hizo unos cuernos de hierro y proclamó: —Esto dice el Señor: ¡Con estos cuernos cornearás a los arameos hasta matarlos!


El hijo mayor de Israel fue Rubén; pero como deshonró a su padre cuando se acostó con una de sus concubinas, los derechos de hijo mayor fueron dados a los hijos de su hermano José. Por esta razón, Rubén no aparece en la lista de los registros genealógicos como el primer hijo varón.


Esos eran los clanes de Efraín. Sus tropas registradas sumaron 32.500 hombres. Todos los clanes de Manasés y Efraín eran los descendientes de José.


Esos eran los clanes de Manasés. Sus tropas registradas sumaron 52.700 hombres.


Luego Ana oró: «¡Mi corazón se alegra en el Señor! El Señor me ha fortalecido. Ahora tengo una respuesta para mis enemigos; me alegro porque tú me rescataste.


Galaad es mío, y también Manasés. Efraín, mi casco, producirá mis guerreros, y Judá, mi cetro, producirá mis reyes.


Pues ustedes, las ovejas gordas, han empujado, embestido y desplazado a mi rebaño enfermo y hambriento hasta esparcirlo por tierras lejanas.


El carnero embestía todo lo que encontraba a su paso hacia el occidente, el norte y el sur. Nadie podía hacerle frente ni ayudar a sus víctimas. El carnero hacía lo que quería y se hizo muy poderoso.


Los descendientes de José se presentaron ante Josué y le preguntaron: —¿Por qué nos diste solamente una porción de tierra para habitar si el Señor nos bendijo con tanta gente?


Los bosques de la zona montañosa también serán suyos. Despejen toda la tierra que quieran de allí y tomen posesión de sus extremos más lejanos. Y también expulsarán a los cananeos de los valles, aunque ellos sean fuertes y tengan carros de guerra hechos de hierro.


Aunque los descendientes de Judá llegaron a ser la tribu más poderosa y dieron un gobernante para la nación, los derechos de hijo mayor le pertenecieron a José.


La media tribu de Manasés era muy grande y se extendió por la tierra desde Basán hasta Baal-hermón, Senir y el monte Hermón.


De la media tribu de Manasés al occidente del Jordán, 18.000 hombres fueron designados por nombre para ayudar a que David llegara a ser rey.


De la tribu de Isacar había 200 jefes junto con sus parientes. Todos estos hombres entendían las señales de los tiempos y sabían cuál era el mejor camino para Israel.


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