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Deuteronomio 32:4 - Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Él es la Roca; sus obras son perfectas. Todo lo que hace es justo e imparcial. Él es Dios fiel; nunca actúa mal. ¡Qué justo y recto es él!

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Biblia Reina Valera 1960

4 Él es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El es la Roca, cuya obra es perfecta, y todos sus caminos son justicia. Es Dios leal, enemigo del mal, es recto y justo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Él es la Roca, cuya obra es perfecta, Todos sus caminos son justos, Dios de fidelidad, sin injusticia, Justo y recto es Él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Él es la Roca; sus obras son perfectas, y justos todos sus caminos. Es Dios de lealtad y no de iniquidad; es justo y recto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud: Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad; justo y recto es Él.

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Deuteronomio 32:4
66 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Declararán: «¡El Señor es justo! ¡Es mi roca! ¡No existe maldad en él!».


Confíen siempre en el Señor, porque el Señor Dios es la Roca eterna.


El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi salvador; mi Dios es mi roca, en quien encuentro protección. Él es mi escudo, el poder que me salva y mi lugar seguro.


»Ahora, yo, Nabucodonosor, alabo, glorifico y doy honra al Rey del cielo. Todos sus actos son justos y verdaderos, y es capaz de humillar al soberbio».


Pues el Señor es bueno. Su amor inagotable permanece para siempre, y su fidelidad continúa de generación en generación.


Todo lo que es bueno y perfecto es un regalo que desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre, quien creó todas las luces de los cielos. Él nunca cambia ni varía como una sombra en movimiento.


Pero tú debes ser perfecto, así como tu Padre en el cielo es perfecto.


y todos bebieron la misma agua espiritual. Pues bebieron de la roca espiritual que viajaba con ellos, y esa roca era Cristo.


Seguro que tú no harías semejante cosa: destruir al justo junto con el malvado. ¡Pues estarías tratando al justo y al malvado exactamente de la misma manera! ¡Sin duda, tú no harías eso! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no haría lo que es correcto?


Pero los que desean jactarse, que lo hagan solamente en esto: en conocerme verdaderamente y entender que yo soy el Señor quien demuestra amor inagotable y trae justicia y rectitud a la tierra, y que me deleito en estas cosas. ¡Yo, el Señor, he hablado!


«Sin embargo —algunos podrían decir—, nuestro pecado cumple un buen propósito porque muestra a otros lo justo que es Dios. ¿No es injusto, entonces, que Dios nos castigue?». (Este no es más que un punto de vista humano).


Y sabemos que Dios, en su justicia, castigará a todos los que hacen tales cosas.


Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.


Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de amor inagotable y fidelidad. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre.


Oh Señor, honraré y alabaré tu nombre, porque tú eres mi Dios. ¡Tú haces cosas maravillosas! Las planeaste hace mucho tiempo, y ahora las has realizado.


Como dicen las Escrituras: «Pongo en Jerusalén una piedra principal, elegida para gran honra, y todo el que confíe en él jamás será avergonzado».


Además, el Padre no juzga a nadie, sino que le ha dado al Hijo autoridad absoluta para juzgar,


Pero tú eres puro y no soportas ver la maldad. ¿Serás indiferente ante la traición de ellos? ¿Guardarás silencio mientras los perversos se tragan a gente más justa que ellos?


Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: «¡Miren! Pongo una piedra de cimiento en Jerusalén, una piedra sólida y probada. Es una preciosa piedra principal sobre la cual se puede construir con seguridad. El que crea jamás será sacudido.


Nubes oscuras lo rodean. La rectitud y la justicia son el cimiento de su trono.


»Escúchenme, ustedes que tienen entendimiento. ¡Todo el mundo sabe que Dios no peca! El Todopoderoso no puede hacer nada malo.


Descuidaste la Roca que te engendró; te olvidaste del Dios que te dio la vida.


»Pero Israel pronto engordó y se volvió rebelde; ¡el pueblo aumentó de peso, se puso gordo y relleno! Entonces abandonó a Dios, quien lo había creado; se burló de la Roca de su salvación.


Solo Dios, quien ha dado la ley, es el Juez. Solamente él tiene el poder para salvar o destruir. Entonces, ¿qué derecho tienes tú para juzgar a tu prójimo?


Pero eres terco y te niegas a arrepentirte y abandonar tu pecado, por eso vas acumulando un castigo terrible para ti mismo. Pues se acerca el día de la ira, en el cual se manifestará el justo juicio de Dios.


Saben bien que la justicia de Dios exige que los que hacen esas cosas merecen morir; pero ellos igual las hacen. Peor aún, incitan a otros a que también las hagan.


Pues la ley fue dada por medio de Moisés, pero el amor inagotable de Dios y su fidelidad vinieron por medio de Jesucristo.


Sin embargo, el Señor es el único Dios verdadero. ¡Él es el Dios viviente y el Rey eterno! Toda la tierra tiembla ante su enojo; las naciones no pueden hacerle frente a su ira.


Cada uno será como refugio del viento y resguardo de la tormenta, como corrientes de agua en el desierto y sombra de una gran roca en tierra reseca.


Así que el Señor esperará a que ustedes acudan a él para mostrarles su amor y su compasión. Pues el Señor es un Dios fiel. Benditos son los que esperan su ayuda.


También sé que todo lo que Dios hace es definitivo. No se le puede agregar ni quitar nada. El propósito de Dios es que el ser humano le tema.


Él hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos. Él cumple todas sus promesas para siempre.


El Señor llevará a cabo los planes que tiene para mi vida, pues tu fiel amor, oh Señor, permanece para siempre. No me abandones, porque tú me creaste.


Rey poderoso, amante de la justicia, tú has establecido la imparcialidad. Has actuado con justicia y con rectitud en todo Israel.


Recordó su promesa de amar y de ser fiel a Israel. ¡Los extremos de la tierra han visto la victoria de nuestro Dios!


Encomiendo mi espíritu en tu mano; rescátame, Señor, porque tú eres un Dios fiel.


Las enseñanzas del Señor son perfectas; reavivan el alma. Los decretos del Señor son confiables; hacen sabio al sencillo.


¡El Señor vive! ¡Alabanzas a mi Roca! ¡Exaltado sea el Dios de mi salvación!


Al Señor lo conocen por su justicia; los malvados son presos de sus propias acciones. Interludio de silencio


Tú dices que no puedes verlo; sin embargo, si esperas, te hará justicia.


El Dios de Israel habló, la Roca de Israel me dijo: “El que gobierna con justicia y gobierna en el temor de Dios


»¡El Señor vive! ¡Alabanzas a mi Roca! ¡Exaltado sea Dios, la Roca de mi salvación!


¡Nadie es santo como el Señor! Aparte de ti, no hay nadie; no hay Roca como nuestro Dios.


Se asegura que los huérfanos y las viudas reciban justicia. Les demuestra amor a los extranjeros que viven en medio de ti y les da ropa y alimentos.


Reconoce, por lo tanto, que el Señor tu Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, quien cumple su pacto por mil generaciones y derrama su amor inagotable sobre quienes lo aman y obedecen sus mandatos.


El Señor pasó por delante de Moisés proclamando: «¡Yahveh! ¡El Señor! ¡El Dios de compasión y misericordia! Soy lento para enojarme y estoy lleno de amor inagotable y fidelidad.


Entonces Dios miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno! Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el sexto día.


Teman al Señor y juzguen con integridad, porque el Señor nuestro Dios no tolera que se tuerza la justicia ni que se muestre parcialidad ni que se acepte el soborno».


¿Acaso Dios tuerce la justicia? ¿Tuerce el Todopoderoso lo que es recto?


Nadie puede indicarle lo que tiene que hacer ni decirle: “Has hecho mal”.


Entonces recordaron que Dios era su roca, que el Dios Altísimo era su redentor.


Permite que tus siervos te veamos obrar otra vez, que nuestros hijos vean tu gloria.


¿Por qué? Porque te has apartado del Dios que puede salvarte. Te has olvidado de la Roca que puede esconderte. Así que tal vez plantes las mejores vides e importes los tallos más costosos.


Oh Señor mi Dios, Santo mío, tú que eres eterno, ¡no puede ser que estés planeando acabar con nosotros! Oh Señor, nuestra Roca, tú has enviado a los babilonios para corregirnos y castigarnos por nuestros muchos pecados.


Pero el Señor todavía está en la ciudad, y él no hace nada malo. Día tras día emite justicia; él nunca falla. Pero los perversos no conocen la vergüenza.


Cuando demostró ser fiel, hiciste un pacto con él para darle a él y a sus descendientes la tierra de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los ferezeos, de los jebuseos y de los gergeseos; y has cumplido lo que prometiste, porque tú siempre eres fiel a tu palabra.


Pues la palabra del Señor es verdadera y podemos confiar en todo lo que él hace.


El Señor es justo en todo lo que hace; está lleno de bondad.


»Cuando se cumplió el tiempo, yo, Nabucodonosor, levanté los ojos al cielo. Recuperé la razón, alabé y adoré al Altísimo y di honra a aquel que vive para siempre. Su dominio es perpetuo, y eterno es su reino.


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