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Deuteronomio 24:19 - Biblia Nueva Traducción Viviente

19 »Cuando estés juntando la cosecha y olvides un atado de grano en el campo, no regreses a buscarlo. Déjalo allí para los extranjeros, los huérfanos y las viudas. Entonces el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Cuando siegues tu mies en tu campo, y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás para recogerla; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda; para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Cuando cortes el trigo en tu campo, si se te cae alguna gavilla, no volverás a recogerla, sino que quedará para el forastero, el huérfano y la viuda. Así Yavé te bendecirá en todos tus trabajos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Cuando siegues tu mies en tu campo y olvides alguna gavilla en el campo, no te volverás a recogerla. Será para el extranjero, el huérfano y la viuda, a fin de que YHVH tu Dios te bendiga en toda obra de tus manos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Cuando siegues la mies en tu campo y dejes olvidada alguna gavilla, no te vuelvas a recogerla; déjala para el extranjero, el huérfano y la viuda, para que te bendiga Yahveh, tu Dios, en todas tus empresas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Cuando segares tu mies en tu campo y olvidares alguna gavilla en el campo, no regresarás a tomarla; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda; para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos.

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Deuteronomio 24:19
23 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

»Cuando recojas las cosechas de tu tierra, no siegues el grano en las orillas de tus campos ni levantes lo que caiga de los segadores. Déjalo para los pobres y los extranjeros que viven entre ustedes. Yo soy el Señor tu Dios».


Dáselo a los levitas —quienes no recibirán ninguna asignación de tierra como las demás tribus— y también a los extranjeros que vivan en medio de ti, a los huérfanos y a las viudas de tus ciudades, para que coman y se sacien. Entonces el Señor tu Dios te bendecirá en todo tu trabajo.


Si ayudas al pobre, le prestas al Señor, ¡y él te lo pagará!


Den, y recibirán. Lo que den a otros les será devuelto por completo: apretado, sacudido para que haya lugar para más, desbordante y derramado sobre el regazo. La cantidad que den determinará la cantidad que recibirán a cambio».


Pero los generosos proponen hacer lo que es generoso y se mantienen firmes en su generosidad.


Comparten con libertad y dan con generosidad a los necesitados; sus buenas acciones serán recordadas para siempre. Ellos tendrán influencia y recibirán honor.


Así que el Señor bendijo a Job en la segunda mitad de su vida aún más que al principio. Pues ahora tenía catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil burras.


Entonces, en la presencia del Señor tu Dios, tendrás que declarar: “Tomé la ofrenda sagrada de mi hogar y se la entregué a los levitas, a los extranjeros, a los huérfanos y a las viudas, tal como me lo ordenaste. No desobedecí ni olvidé ninguno de tus mandatos.


Además, arranquen de los manojos algunas espigas de cebada y déjenlas caer a propósito. ¡Permítanle recogerlas y no la molesten!


Da al pobre con generosidad, no de mala gana, porque el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.


»¡Amen a sus enemigos! Háganles bien. Presten sin esperar nada a cambio. Entonces su recompensa del cielo será grande, y se estarán comportando verdaderamente como hijos del Altísimo, pues él es bondadoso con los que son desagradecidos y perversos.


Denigrar al prójimo es pecado; benditos los que ayudan a los pobres.


Recuerda siempre que fuiste esclavo en Egipto y que el Señor tu Dios te rescató de la esclavitud. Es por eso que te doy este mandato.


Un día Rut la moabita le dijo a Noemí: —Déjame ir a los campos de cosecha a ver si alguien en su bondad me permite recoger las espigas de grano dejadas atrás. Noemí respondió: —Está bien, hija mía, puedes ir.


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