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Daniel 11:27 - Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Entonces sin otro propósito que dañarse el uno al otro, estos reyes se sentarán a la mesa de negociaciones y conspirarán el uno contra el otro con el propósito de engañarse mutuamente; pero esto no cambiará nada, porque el fin llegará a la hora señalada.

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Biblia Reina Valera 1960

27 El corazón de estos dos reyes será para hacer mal, y en una misma mesa hablarán mentira; mas no servirá de nada, porque el plazo aún no habrá llegado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Los dos reyes no pensarán más que en hacerse el mal mutuamente, y aunque estén sentados a la misma mesa se mentirán el uno al otro. Esto no cambiará nada: el fin llegará en el tiempo determinado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 El corazón de estos dos reyes será para hacerse daño, y en una misma mesa hablarán mentira, pero no prosperarán, porque todavía el fin es para un tiempo determinado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 'Los dos reyes maquinarán en su corazón hacer daño el uno al otro y se hablarán falazmente sentados a la misma mesa; pero eso no tendrá éxito, porque aún hay un plazo hasta el tiempo prefijado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

27 Y el corazón de estos dos reyes será para hacer mal, y en una misma mesa tratarán mentira; mas no servirá de nada, porque el plazo aún ha de venir al tiempo señalado.

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Daniel 11:27
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Los vecinos se mienten unos a otros: se halagan con la lengua y se engañan con el corazón.


Esta visión es para un tiempo futuro. Describe el fin, y este se cumplirá. Aunque parezca que se demora en llegar, espera con paciencia, porque sin lugar a dudas sucederá. No se tardará.


Algunos de los sabios serán víctimas de la persecución. De esa manera ellos se perfeccionarán, se limpiarán y se refinarán hasta que llegue el tiempo del fin, porque la hora señalada todavía está por venir.


Dicen mientras traman sus delitos: «¡Hemos orquestado el plan perfecto!». Es cierto, el corazón y la mente del ser humano son astutos.


»Luego, al tiempo del fin, el rey del sur atacará al rey del norte. El rey del norte saldrá precipitadamente en carros de guerra con sus conductores y una enorme armada. Invadirá varios territorios y los arrasará como una inundación.


Entonces dijo: «Estoy aquí para explicarte lo que sucederá después, en el tiempo de la ira. Lo que has visto pertenece al fin del tiempo.


Las palabras suaves pueden ocultar un corazón perverso, así como un barniz atractivo cubre una olla de barro.


El corazón que trama el mal está lleno de engaño; ¡el corazón que procura la paz rebosa de alegría!


¡No! En el corazón traman injusticia y desparraman violencia por toda la tierra.


¿Por qué te jactas de tus delitos, gran guerrero? ¿No te das cuenta de que la justicia de Dios permanece para siempre?


Ahora bien, amados hermanos, con respecto a cómo y cuándo sucederá todo esto, en realidad no es necesario que les escribamos.


Pues él ha fijado un día para juzgar al mundo con justicia por el hombre que él ha designado, y les demostró a todos quién es ese hombre al levantarlo de los muertos».


Él les contestó: —Solo el Padre tiene la autoridad para fijar esas fechas y tiempos, y a ustedes no les corresponde saberlo;


»Después, a la hora señalada, volverá a invadir el sur, pero esta vez el resultado será diferente.


En el tercer año del reinado de Ciro de Persia, Daniel (también llamado Beltsasar) tuvo otra visión. Comprendió que la visión tenía que ver con sucesos que ciertamente ocurrirían en el futuro, es decir, tiempos de guerra y de grandes privaciones.


»Así que ahora el Señor Soberano pregunta: “¿Crecerá y prosperará esa vid? ¡No! ¡Yo la arrancaré de raíz! Cortaré sus frutos y dejaré que se le sequen y marchiten las hojas. La arrancaré fácilmente, sin necesidad de un brazo fuerte ni de un gran ejército.


Puedes hacer todos los planes que quieras, pero el propósito del Señor prevalecerá.


La gente común no vale más que una bocanada de viento, y los poderosos no son lo que parecen ser; si se les pesa juntos en una balanza, ambos son más livianos que un soplo de aire.


—Bien —le dijo al rey—, si no puedes ir, ¿por qué no envías a mi hermano Amnón con nosotros? —¿Por qué a Amnón? —preguntó el rey.


»El rey del norte, entonces, regresará a su territorio con muchas riquezas. En su camino se pondrá en contra del pueblo del pacto sagrado y causará mucho daño antes de seguir su viaje.


Cuando Gabriel se acercó al lugar donde yo estaba, me aterroricé tanto que caí rostro en tierra. «Hijo de hombre —me dijo—, debes comprender que los sucesos que has visto en tu visión tienen que ver con el tiempo del fin».


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